Córdoba
Juan Carlos vivió 62 años sin documento de identidad: una vida con muchas complicaciones
Ninguno de nosotros concibe una vida sin tener documento que certifique nuestra identidad. A lo sumo y, hace tiempo, a algunos niños de las sierras o del campo, sus padres lo inscribían unos años después del nacimiento pero esta historia no tiene igual. Juan Carlos vivió 62 años sin DNI. Sin identidad.
Hasta hace unos días no existía para el Estado. Un ejemplo: no pudo anotar a su nombre a ninguno de sus 14 hijos. Obviamente siempre tuvo que vivir de changas y perdió muchas oportunidades.
Tramitar el documento era su sueño pero no era fácil porque no hay registros de su acta de nacimiento. Tras varias pruebas entre las que hubo que hacer una pericia forense para determinar la edad aproximada, finalmente logró salir de ese limbo identitario.
Hasta hoy, él, por su cuenta, no podía comprar ni un teléfono celular. No existía para el Estado y obviamente carecía de identidad.
En su vida perdió muchas oportunidades, no solo laborales sino también afectivas. Sabía que su madre, Juana Marta Oyola, lo había dado a luz en la Maternidad Provincial de San Vicente, un 11 de mayo pero no de qué año. Ella falleció hace tres décadas y su padre había abandonado la familia; por eso lleva el apellido materno.
Sin embargo, nunca abandono la búsqueda de su identidad. Luego de 62 años, con la ayuda de una asistente social el Colegio de Abogados y el Ministerio de Justicia de la Nación lograron, mediante una acción judicial, el ansiado documento de identidad.
Juan Carlos obviamente no tiene antecedentes judiciales y tampoco beneficios sociales como planes o aportes jubilatorios.
Trabaja de naranjita en la calle Rosario de Santa Fe y ahora se siente persona.
Está tan feliz que ahora quiere inscribir a sus hijos con su apellido y firmar, después de 35 años de concubinato la libreta de casamiento.