Angélica: la jubilada cordobesa que sigue trabajando a sus 83 años en el centro de la ciudad

Tiene 83 años, es jubilada y se levanta todos los días a las 5 de la madrugada para atender su puesto: lo hace por necesidad, pero más que nada porque ama su trabajo.

Angélica Azucena Campos vende praliné, alfajores de maicena y pochoclos de lunes a viernes ocho horas frente a la sede del PAMI de Córdoba. Pese a su edad, repite la rutina hace 33 años con pura alegría y pasión.

En diálogo con Telefe Noticias, admita que la pensión que recibe solo le alcanza para pagar el alquiler y los impuestos. Por eso, dice que les debe “la vida” a los empleados del PAMI ya vecinos y comerciantes de la cuadra.

“Ellos son los que me permiten guardar el puesto y los productos, son los que me compran todos los días”, dice la mujer, que tiene 12 nietos y siete otros bisnietos.

No la detuvo la pandemia ni ahora la temporada de frío. “El secreto es que soy un ser humano entregado. Tuve a mi hijo que se fue a la Guerra de Malvinas y yo le pedía al señor todos los días para que no vuelva en un ataúd”, cuenta Angélica.

Con esa misma actitud es reconocida por los empleados del organismo estatal y otros transeúntes de la zona.

“Yo le digo la reina del praliné. Es una divina Hace mucho que está acá, como si fuera una empleada más”, dice Álvaro Moyano, del PAMI.
Julio González, otro vendedor ambulante, destaca que la mujer vive alegre, saluda a cada peatón y cliente por igual. “No tiene la actitud de una persona de 83 años”, destaca.

Angélica Azucena Campos sabe en primera persona que la situación del país es muy dura. Sin embargo, cierra con una reflexión: “Tenemos que tener la voluntad de pelear por un país mejor, tenemos que querer a nuestra patria ya la gente para salir adelante”.

Ella es Angélica... su nombre es la mejor manera de describirla.