Córdoba al compás del cuarteto: una ruta para sentir la música que late en la provincia

El ritmo que nació en los barrios y se convirtió en una de las expresiones culturales más potentes del país también invita a recorrer la ciudad a través de sus espacios más emblemáticos. La experiencia comienza en el Museo del Cuarteto, un recorrido íntimo por fotografías, vestuarios, instrumentos y objetos que narran la evolución del género y su impacto en la identidad cordobesa. Ubicado en pleno centro, es una puerta de entrada al universo del “tunga tunga” que atrae a locales y turistas durante todo el año.

A pocos pasos, la peatonal sorprende con el Paseo de la Fama del Cuarteto, un homenaje a cielo abierto en el que las figuras más representativas del género forman parte del paisaje urbano. Allí, nombres como Leonor Marzano, Carlitos “Pueblo” Rolán, Gary, “La Mona” Jiménez, Damián Córdoba y Rodrigo, entre otros, están grabados en placas que celebran a quienes hicieron del cuarteto un símbolo de Córdoba frente al país y al mundo.

La ruta invita luego a una pausa en Bon Q’ Bon, un bar pequeño y mítico en la esquina de Maipú y Olmos, donde productores, músicos y fanáticos se encuentran desde hace más de cincuenta años. Abierto las veinticuatro horas y reconocido como bar notable de la ciudad, el lugar respira historias del género incluso en silencio y se ha ganado su lugar como punto de referencia para quienes buscan vivir el cuarteto desde su esencia más auténtica.

La experiencia continúa en La Mona Jiménez MuseoBar, en el Cerro de las Rosas, donde objetos, fotografías, escenografías y sabores locales se combinan para rendir tributo a la trayectoria del ídolo. El espacio propone un viaje emocional por la cultura popular cordobesa y es una de las nuevas paradas obligadas para quienes buscan una vivencia más inmersiva del género.

A estos espacios se suman otros homenajes que forman parte del mapa simbólico del cuarteto. En el Estadio del Club Atlético Belgrano, la figura de Rodrigo “El Potro” Bueno sigue viva entre murales y recuerdos de los hinchas. En el Paseo del Buen Pastor, las estatuas de La Mona y Rodrigo se han transformado en un punto de encuentro para turistas y fanáticos que buscan una foto con los íconos más queridos del género.

La historia también se recorre a través de los escenarios que hicieron crecer al cuarteto y que hoy son parte de su memoria colectiva. Colonia Las Pichanas, el pequeño paraje donde el Cuarteto Leo ofreció su primer baile en un tinglado, es un símbolo de los orígenes del movimiento. En la ciudad, espacios como el Estadio del Centro, Plaza de la Música, Sargento Cabral, Villa Retiro y Atenas siguen siendo referentes de la noche cuartetera, templos donde generaciones enteras vivieron noches inolvidables al ritmo de la música popular cordobesa.