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Amor al deporte: Micaela Cabrera, entre la peluquería y el fútbol profesional
Pasado el mediodía, quienes ingresan a la peluquería saben que son los últimos clientes del día. Es que en breve la peluquera se transformara en la jugadora. Pero que a diferencia de la mayoría de sus colegas masculinos que tienen contratos millonarios, el camino hacia el entrenamiento parece una travesía. Comienza caminando desde su casa hasta el kilómetro 35 de la Ruta 3 a la altura de Virrey del Pino. Allí se toma un colectivo que la lleva hasta San Justo, donde realiza un trasbordo para luego de entre dos y tres horas de viaje llegar al predio de Caseros donde entrena todos los días. El entrenamiento no dura más de una hora y luego de eso, Micaela emprende nuevamente el largo camino de vuelta. En total pasa más de 5 horas fuera de su casa para entrenar una. Cuando llega cena con su marido y se prepara para el día siguiente que comenzará a las 7am cuando se levante para llevar a su hijo a la escuela.
Desde muy chica se enamoró del fútbol. Primero en el club del barrio, luego llegó a las categorías juveniles. Con el crecimiento del fútbol femenino y el profesionalismo llegó a Boca Juniors, la selección y hasta jugó un tiempo en el exterior. Sin embargo, las futbolistas en argentina aún no logran acercarse al grado de profesionalismo de la primera división masculina y la mayoría de las jugadoras lo debe combinar con otros empleos. Todo ese esfuerzo extra sumado a lesiones y situaciones personales hicieron que Mica decidiera alejarse de las canchas el año pasado. Pero, el amor es más fuerte… y no soporto mucho tiempo fuera de las canchas. La vuelta al fútbol vino acompañada de goles y en casi todos los partidos que le tocó jugar desde su vuelta también le tocó convertir. Hoy mira a sus compañeras de la sección en la Copa América y sueña con volver a ser convocada para vestir la celeste y blanca otra vez.
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