Gran gesto: los directores que abrazan a sus alumnos antes de ingresar a clases

Los directivos de una escuela cordobesa reciben todas las mañanas a sus alumnos con un beso y un abrazo antes de ingresar a clases.

Se trata del IPEM 338 Salvador Mazza, en barrio Marqués Anexo, en la zona norte de la ciudad de Córdoba.

Las autoridades se paran en la esquina y esperan a los chicos. Aseguran que les gusta ver cuando llegan caminando, la ropa que traen, con quién vienen e intercambiar miradas.

“Es un compromiso con la escuela, con ellos y la familia. Cuando toca el timbre, empieza mi recorrida de cada mañana curso por curso, les miro la cara para ver si descansaron, los toco para saber si están abrigados”, dijo el vicedirector, Juan Luis Falco.

El docente comenta que algunos llegan sin comer y que la escuela se encarga de darle una primera infusión, antes del desayuno general de las 9.

“Se nota que es una niñez que inicia y termina rápido. Se observa en educación física que no han podido procesar esa etapa del juego, de la creatividad, del disfrute”, señala.

La escuela recibe a niños de familias numerosas, que antes de finalizar la escolaridad ya tienen responsabilidades y obligaciones muy grandes, como cuidar la casa y a otros hermanos menores.

“Es como un hogar. En algunos momentos y situaciones hubiese preferido hasta tener un lugar para albergarlos”, lamenta el vicedirector.

Juan Luis Falco promovió en la Legislatura la Ley Nº 10.150 de la Promoción de la Palabra y la No Violencia en el Espacio Público.

Y hace once años comenzaron con este gran gesto hacia sus alumnos: admiten que avanzan día a día y que encuentran otras situaciones dentro de la escuela y en el contexto social, para, quizá, aprender un poco mejor.