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La sorpresa de la comunidad del Hospital Alassia a una niña para su cumpleaños de 15
Para una niña, la llegada de su aniversario número quince es una de las etapas más esperadas. Sin embargo, a Gisela no la tomó en un momento agradable. Es que ella, oriunda de Humberto Primo, debió ser trasladada al Hospital Orlando Alassia tras sufrir una parálisis de la aún no tiene un diagnóstico certero. Sin embargo, la propia comunidad del nosocomio se encargó de organizar un festejo más que cálido para que, para ella, no sea un día más.
"Sentí una emoción que no sabía cómo soltarla, cómo decir lo que siento. No paré de sonreir todo el día, me sentía emocionada, feliz, por festejar mis 15", le dijo Gisela a Telefe Santa Fe.
Además, agradeció la participación de sus compañeros de la Escuela Hospitalaria. "Me gusta ir a la escuela de acá, es linda y te enseñan mucho. He tenido compañeros que se hicieron amigos gracias a la escuela".
En este sentido, señaló que para ella fue "una gran sorpresa, las docentes ya empezaron a organizar todo rápido, yo no tenía ni idea. Cada una llamó a mi mamá, porque querían hablar con ella. Yo no sabían de qué hablaban. Cuando mi mamá me preparó era raro. Me echó perfume, me arregló todo, me puso ropa, la colita nueva".
"Cuando llegué, yo había dicho que no tenía lápices y cuadernos y me dijeron que tenían todo allá. Entonces pensé 'qué raro, siempre me dicen que lleve mis cosas', cuando llegamos me dijeron que me iban a cambiar de salón. Dije 'bueno, vamos a tener clases en el fondo'. Cuando llegué, me sentaron en una silla y me dijeron 'bueno Gisela, perparate elegí los vestidos, te vamos a planchar el pelo'. Yo impactada. Pude poner mi música favorita", describió.
La organización del festejo
Karina Pérez Colombo, docente de la Escuela Hospitalaria, contó cómo se craneó la iniciativa. "Gise estaba en una de las clases de fisicoquímica y preparando las cosas para la primavera, charlando, comenta que al otro día era su cumple. Sus 15. Entonces la Escuela Hospitalaria no podía hacer oídos sordos a semejante etapa de la vida que los adolescentes esperan. Entonces una docente escuchó y dijo 'esto hay que hacerlo, rápido'".
"Activó todo y la profe Mariela buscó vestidos, la profe Marita armó una torta preciosa. Gracias a Dios tenemos estos docentes. Ella pensó que eran fotos no más y cuando salió se encontró con todo: la torta, los globos, los enfermeros, los médicos. El Hospital también hizo lo suyo. Ella feliz, lo más importante", cerró Karina.