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El docente que escala montañas desde que se recuperó de un infarto
Desde hace 30 años Miguel Sprumont ejerce la docencia. Primero fue en una escuela de frontera de Manzano Amargo, en la cordillera neuquina. Ahora enseña a adultos en Andacollo, en el norte de esa provincia.
En simultáneo a su tarea docente, Sprumont desarrolló su carrera como cantautor. “Tengo en mi canal de YouTube muchos videos”, cuenta a telefenoticias.com.ar.
En 2016 un hecho fue bisagra en su vida. Sin tener antecedentes, sufrió un infarto y debieron llevarlo en vuelo sanitario hasta la ciudad de Cipolletti, Río Negro, donde fue intervenido y le colocaron un stent.
“Cuando estuve en terapia, conocí a un médico que me dijo que al poco tiempo iba a ir a mi pueblo porque se corría una carrera importante, y él iba a participar. Le dije que lo iba a ir a ver. Efectivamente, asistí a la carrera para apoyarlo”. Pero no fue lo único que hizo Miguel. “Ahí tomé la decisión de que al año siguiente también yo me iba a anotar para correr los 10 kilómetros. Ni médicos, ni familiares ni amigos me tomaron en serio. Acababa de salir de terapia por un infarto”. Pero la decisión estaba tomada a conciencia y comenzaba para él un nuevo desafío.
Miguel empezó caminando lentamente, después trotando y al cabo de un año fue parte de la carrera. Después fueron muchas carreras más.
En paralelo comenzó a participar de un grupo de montaña, que lo llevó a trepar los cerros más bajos. “De a poco me fui animando a cerros más altos y en enero de 2018 hice cumbre en el Domuyo, la mayor altura de la Patagonia, también la segunda, que es el volcán Tromen, y también fue al Lanín, el pico emblemático de la cordillera neuquina.
Miguel está orgulloso de la historia que construyó. “La he contado en las redes sociales y le ha servido a otras personas. Me gusta compartirla porque puede ser motivadora. Capaz que alguien haya pasado por una situación parecida y compartir puede ayudar”, indica.
“Lo que vivo no es una proeza. No soy un atleta ni una persona especial. Lo que quiero expresar es que somos capaces de mucho más de lo que siquiera imaginamos”, agrega.
“Todo tiene que ver con creer en uno mismo e intentarlo, La vida nos pone en estas situaciones, y uno decide qué hacer. Aprendí a disfrutar cada día, porque lo único valioso que tenemos en nuestro tiempo”, concluye.