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“Es todo fuerza de voluntad, del alma, del corazón”: la historia de Johnatan Pereyra
Perdió una pierna en un accidente, se quedó sin trabajo y más tarde un temporal lo dejó sin casa. Vive en Villa Carlos Paz, donde hoy trabaja lavando autos para sostener a su familia mientras intenta recomponer su hogar y cubrir necesidades básicas.
Hace dos años, Johnatan Pereyra sufrió un accidente mientras circulaba en motocicleta que le cambió la vida por completo. Como consecuencia del siniestro perdió una de sus piernas y, a partir de ese momento, atravesó una seguidilla de pérdidas que impactaron de lleno en su día a día: se quedó sin trabajo y, tiempo después, un fuerte temporal destruyó gran parte de su vivienda.
La recuperación fue compleja, pero decidió volver a trabajar apenas pudo. Explicó que mantenerse activo fue clave para seguir adelante y no quedarse paralizado por la situación. “No puedo estar quieto, tengo que tener aunque sea unas monedas en el bolsillo”, afirmó. Antes del accidente trabajaba en el rubro gastronómico, pero al intentar regresar se encontró con limitaciones físicas que le impidieron sostener ese empleo, por lo que debió buscar otras alternativas laborales.
La búsqueda de trabajo estuvo marcada por la frustración y la incertidumbre. Johnatan contó que durante meses recibió respuestas que nunca se concretaron y promesas de llamados que no llegaron. Finalmente consiguió un puesto en un lavadero de autos en Villa Carlos Paz, donde hoy trabaja y logra cubrir los gastos básicos del día a día. “Este laburo no está mal, saco aunque sea para el día a día”, resumió sobre su presente.
A las dificultades laborales se sumó, tiempo después, un nuevo golpe. Un fuerte temporal afectó su casa y perdió casi todas sus pertenencias. “Perdí cama, colchones, muebles, el techo”, enumeró. La reconstrucción demandó meses de esfuerzo y significó un paso importante para la familia, aunque la situación sigue siendo muy ajustada. Actualmente viven seis personas en la vivienda y cuentan con solo tres camas de una plaza, por lo que deben compartirlas. Además, hace varios meses que no tienen televisor y aún necesitan muebles y materiales para ampliar la casa, ya que el espacio resulta insuficiente.
En su trabajo actual, su desempeño suele llamar la atención. A pesar de no tener una pierna, lava autos con una destreza que sorprende a quienes lo observan. Explicó que todo se basa en adaptarse, tomarse el tiempo necesario y encontrar la forma de resolver cada tarea. “Es todo fuerza de voluntad, del alma, del corazón”, resumió al explicar cómo enfrenta cada jornada.
Johnatan trabaja desde los 14 años y no concibe otra forma de salir adelante. Reconoce que a veces le cuesta exponerse en la calle, pero asegura que no puede darse el lujo de quedarse en su casa. El acompañamiento de su familia fue fundamental durante todo el proceso y hoy mantiene la esperanza de poder mejorar su situación y brindarles un futuro más estable.