Polémica: critican entrevista a secuestrador y abusador de menores por "dar la palabra a un monstruo"

Víktor Mójov pasó 17 años en la cárcel y recuperó su libertad, tras ser condenado por secuestrar a dos adolescentes a las que violó repetidamente entre 2000 y 2004.

La periodista y bloguera Ksenia Sobchak lo entrevistó como parte de un documental que disparó la polémica por "dar la palabra a un monstruo".

Nacido en 1950, Mójov residía en la ciudad de Skopín. Terminó la escuela, trabajó como obrero en una fábrica local y se caso pero su mujer lo dejó luego de tres meses.

Hasta el momento de su arresto, vivía con su madre. En el sótano de la casa cavó en secreto un sótano bajo su garaje que acondicionó con muebles, electricidad y sistema de ventilación.

En diciembre de 1999 secuestró a nena de 13 años que violó repetidamente durante dos semanas, hasta que la menor logró escapar, sin que el hecho fuera denunciado en principio.

En septiembre de 2000 Mójov y una cómplice, Elena Badúkina, se ofrecieron a llevar a dos chicas de 14 y 17 años, les dieron somníferos y las llevaron al garaje del hombre donde las violaron.

Luego, las encerraron en el búnker. Y Mójov volvió a abusarla y torturarlas casi a diario durante años.

En 2003 el violador empezó a permitirles ciertas salidas a sus víctimas, sobre todo para que atrajeran a otra muchacha, rapto que no se concretó pero posibilitó el pedido de auxilio de una de las anteriormente secuestradas.

Titulado "El maníaco de Skopín: una conversación en libertad", el documental contiene grabaciones policiales de 2004, así como grabaciones actuales de Skopín, entrevistas de Sobchak con Ekaterina, el detective Dmitri Plotkin, que investigó el caso, y con el propio Mójov.

En su conversación con Sobchak, Mójov admite que le gusta la atención de los periodistas y no parece arrepentido de lo que hizo.

La producción audiovisual con la aparición pública del hombre lanzó las críticas por darle la palabra y también cuestionaron fuertemente a la periodista por tratarlo con aparente amabilidad.

"Lo que causa repugnancia… [es] cómo se siente en presencia de Ksenia: un héroe amante y una víctima al mismo tiempo. Y ella se lo permite, en lugar de destruir la escoria con el verbo", escribió en su canal de Telegram el corresponsal de guerra Alexandr Kots.

Evgueni Revenko, reportero y miembro del Parlamento ruso, criticó en un programa de RT el hecho de que la película parece excusar al violador de lo que hizo. "Ella le habló con bastante amabilidad, le trajo un vaso de café. […]. Un anciano bondadoso que tuvo una infancia difícil, que sufrió, que no fue amado por chicas hermosas, esto es lo que se describe en este trabajo de Ksenia. Es tan contrario a ser un verdadero villano", opina Revenko.

Entretanto, el portal Mash divulgó una presunta conversación telefónica con Mójov durante la que confiesa que había recibido unos 650 dólares por la entrevista, aunque la propia Sobchak negó haber pagado al ex convicto.