De Córdoba al escenario internacional: la historia del joven baterista que hoy trabaja con la hija de Chayanne

El sueño de “Nacho Baterista” nació cuando él tenía apenas seis años y descubrió la batería casi como un juego. Durante años fue un hobby, hasta que al terminar el secundario tomó la decisión que marcó su vida: mudarse a Buenos Aires para estudiar música. Allí comenzó a tocar con bandas, a vincularse con artistas y a entender que su pasión podía convertirse en un futuro real.

Con el tiempo, su camino lo llevó a estudiar en Estados Unidos, donde, cuenta, tomó dimensión del tamaño de la industria y de las oportunidades que ofrece. Para él, la curiosidad es indispensable: “El músico tiene que tener hambre de aprender. Con la tecnología y la inteligencia artificial, si te quedás cómodo, te quedás atrás”, reflexiona.

Ese impulso por crecer lo posicionó hoy en un lugar inesperado: forma parte de la banda de Isadora Figueroa, hija de Chayanne. La propuesta llegó gracias a un amigo argentino, director musical de la artista, con quien había estudiado años atrás. “Me llamó y me dijo: ‘Si te mudás a Miami, quiero que seas parte de la banda’. Y acepté”.

Desde entonces, no solo acompaña a Isadora en sus presentaciones, sino que incluso tuvo la oportunidad de cruzarse varias veces con Chayanne. Recuerda una anécdota: después de un show, el cantante los felicitó y los animó a seguir buscando oportunidades. “Me sorprendió que dijera que él también sigue intentando después de treinta años. Eso me motivó muchísimo”.

Nacho asegura que la vida del músico está llena de altibajos y que la clave es saber sostenerse en ambos escenarios. En los momentos de menos actividad, se dedica a estudiar nuevas herramientas y tecnologías; cuando está lleno de trabajo, aprovecha la experiencia.

“Este camino tiene subidas y bajadas, pero siempre aparecen oportunidades si uno sigue moviéndose”, resume. Su historia es prueba de eso.