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Debutó como árbitra: es una de las 8 mujeres con licencia negra en el mundo
La sancristobalense Virginia Peruchini puede darse el lujo de jactarse de ser una de las ocho mujeres en obtener la licencia negra para dirigir básquet en el mundo. La misma otorga la posibilidad de arbitrar internacionalmente a niveles senior y junior. Se formó en la ciudad de Santa Fe y llegó a dirigir un Mundial de hombres y la Champions, hechos que destacó en su carrera.
"Tengo una licencia negra, a partir de ahora se entregó a mujeres. Antes era solo hombres. Soy una de las ocho mujeres en el mundo que la tiene a nivel internacional", le contó Peruchini a Buen Santa Fe.

En cuanto a su carrera, señaló: "hace del 2011 que soy árbitro internacional. Volví a dirigir un mundial de hombres. Era una de las condiciones que permite la licencia negra. El camino es como para todos los que quieren alcanzar un objetivo: nunca me lo imaginé. En ese momento, los objetivos de esta índole no eran visibles. Hace 15 años que soy árbitro, había muy pocas mujeres en el país, en la provincia éramos dos o tres. Es difícil, pero un desafío lindo: fuimos teniendo oportunidades y las supimos aprovechar".
Con respecto a si hubo obstáculos en el camino por ocupar un puesto otrora reservado únicamente para hombre, manifestó: "siempre digo dos cosas. Siempre cuento lo que me fortalece, lo que me debilita es parte del pasado. Nunca sentí una diferencia porque yo sea mujer. Nunca me sentí imposibilitada de cumplir un rol por ser mujer. Todo dependía de lo que le podía dar al juego, creo que le podía dar algo diferente. Tuve oportunidades y estuve preparada: no llegaba la nominación, pero yo seguía adelante".

En cuanto a su paso por la ciudad de Santa Fe, detalló que se inició en la Asociación Santafesina y en el Colegio de Santa Fe. "Cuando terminé la secundaria, me fui a estudiar medicina y luego comencé la búsqueda de trabajo. Daba clases de gimnasia en todo Santa Fe, empecé a dirigir las formativas como una ayuda económica. Empecé estudiar Medicina, pero se complicaba. Amo Santa Fe. Yo me sentí como en mi casa".
Con respecto a cuál fue el momento en que decidió incurrir en el arbitraje, recordó: "Estaba sentada mirando un partido de compañeros en la secundaria. Yo jugaba acá. Viene Leandro Lescano y me pregunta si no quisiera ser árbitro, pero yo buscaba un club para jugar. No había en todo Santa Fe. Él me motiva, pero yo le decía que quería seguir jugando. Me insistió, pero no había mujeres. Quizá por la idoneidad con el arbitraje, el profesorado. Y en el Colegio, llegué y dije ‘soy Virginia, vengo a dirigir’".

En este sentido, recordó su primer encuentro. "Fue en El Quillá, la cancha que tiene el techo nada más. De Pre-mini y mini. Hay muchos, todos tienen su condimiento. Dirigir las finales de la Champions fue increíble, un antes y un después del básquet femenino. Siempre digo que yo soy la que está ahí, la que se prepara, estudia. Pero hay un montón de gente que toma decisiones, riesgos y nos da las oportunidades. Las finales de la Champions creo que tienen todo ese condimento. Son historias que nos hacen a nosotras más confiadas de nosotras mismas".
"Los roles no son de unos o de otros. La integridad de los roles no solo es importante en el arbitraje: los impulso, ojalá sea con el arbitraje. Trabajar entre nosotros también es lindo. Aprendemos de nosotras en cualquier rol", cerró Virginia.