Córdoba
Vecinos de Santa Isabel II protestan en la Municipalidad por hundimientos y malos olores
Vecinos de Santa Isabel II reclamaron en la Municipalidad por los hundimientos y malos olores que afectan a 47 viviendas. Las familias denuncian falta de obras y un deterioro sostenido que pone en riesgo su salud y sus casas.
La protesta de vecinos de Santa Isabel II llegó este miércoles a la Municipalidad de Córdoba, donde reclamaron por los hundimientos, los malos olores y la humedad que afectan desde hace años a 47 hogares del barrio. Las familias aseguran que la falta de obras agrava el problema estructural. La situación generó preocupación e incertidumbre en toda la zona sur.
Los vecinos describen un escenario crítico, con casas que se hunden y grietas que avanzan sobre techos y paredes. Afirman que los terrenos ceden de manera constante y que las propiedades están al borde del colapso. La falta de respuestas oficiales alimenta la tensión en el barrio.
Además de los daños materiales, se registran inconvenientes de salubridad por los olores nauseabundos que emanan del suelo. La humedad permanente empeora las condiciones dentro de las viviendas. Las familias temen por su salud y piden soluciones urgentes.
Según los vecinos, el conflicto estructural afecta a 47 hogares desde hace largo tiempo. Señalan que realizaron múltiples pedidos de intervención, pero aseguran que no hubo avances concretos. La protesta en la Municipalidad busca visibilizar la magnitud del problema.
En Santa Isabel II la incertidumbre se volvió parte de la vida cotidiana. Las familias conviven con el riesgo de nuevos hundimientos y daños inesperados. Mientras tanto, esperan que el reclamo de hoy impulse una respuesta definitiva.
Los vecinos pidieron obras que detengan el deterioro y garanticen condiciones de vida seguras. Reclaman inspecciones técnicas, trabajos de saneamiento y una intervención integral del sector. Aseguran que ya no pueden seguir esperando.
La comunidad de Santa Isabel II anticipó que continuará organizándose si no reciben soluciones. La protesta marca un nuevo capítulo en un reclamo que lleva años sin respuestas. El barrio insiste: las casas no pueden seguir hundiéndose.