Ley de Tránsito: se debaten cambios en el sistema de multas, controles y uso de luces

La Legislatura discute una actualización de la Ley Provincial de Tránsito N° 8.560, con el objetivo de adecuarla a la Ley Nacional de Tránsito y modificar aspectos del régimen vigente que hoy generan conflictos para los automovilistas. El proyecto incluye cambios en el uso de luces, el sistema de control de infracciones y los mecanismos de fiscalización, entre ellos la incorporación de radares móviles.

El abogado especializado en Derecho de Tránsito, Seguridad y Educación Vial, Horacio Botta Bernaus, sostuvo que el debate expone falencias estructurales del marco normativo actual. “Creo que tenemos un código de tránsito que es del siglo pasado y que merece una discusión mucho más profunda y mucho más técnica”, afirmó, y planteó que la reforma debería abordarse con mayor claridad para evitar nuevas controversias.

Uno de los puntos más sensibles del proyecto es el cambio en la forma de controlar y notificar infracciones. Botta Bernaus explicó que “una de las cosas que se está aprobando es sacar la obligación de detener al infractor para que cese la infracción y después notificarle la multa”. En ese sentido, detalló que el sistema presencial sería reemplazado por mecanismos remotos: “estamos reemplazándolo por un sistema a distancia, que podría ser fotomulta o grabación de la infracción en su conjunto para ver la legitimidad”.

Sobre las consecuencias de ese esquema, advirtió que “el infractor no se entera que le han hecho una infracción y se entera dos meses después”, lo que, a su entender, rompe con un modelo que había distinguido a la provincia. Recordó que el sistema tradicional permitía “detener al infractor, si es necesario explicarle los motivos, hacerlo cesar en esta infracción, eliminar el riesgo que estaba generando y notificarle”.

En relación con los radares móviles, consideró que pueden formar parte del nuevo esquema de control, aunque con reparos. “Podemos coincidir en que la radarización es una solución con el acta a remoto”, señaló, pero remarcó que la seguridad vial no debe reducirse a una lógica punitiva. “A veces tenemos la sensación de creer que la seguridad vial es poner en aprieto siempre al ciudadano, cuando lo que busca es disminuir los riesgos y corregir o sancionar”, sostuvo.

Respecto del uso de luces diurnas, Botta Bernaus se mostró a favor de su habilitación plena, al considerar que cumplen el mismo objetivo preventivo que las luces bajas. “Las luces LED, blancas, diurnas, son lo mismo para el objetivo de la seguridad vial que las luces bajas”, explicó, y aclaró que “el objetivo de esas luces exigido por la seguridad vial no es ver, sino ser visto”.

No obstante, cuestionó que el texto en debate mantenga supuestos que dejan margen a la interpretación del agente. Señaló que exigir luces bajas ante condiciones climáticas adversas puede derivar en nuevas sanciones discrecionales y reclamó mayor precisión normativa. En ese marco, pidió coherencia con la legislación nacional y sostuvo: “cuando queremos estamos adheridos y cuando queremos, somos distintos”, al tiempo que instó a los legisladores a unificar criterios y evitar ambigüedades en la redacción final.