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Un argentino quedó entre los 10 mejores estudiantes del mundo

Nicolás Monzón, de 25 años, está cursando tres carreras y creó una empresa de software. Lo destacan por sus logros académicos y el impacto en la sociedad.
Por Telefe Córdoba

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Actualidad: Un argentino quedó entre los 10 mejores estudiantes del mundo

Un argentino quedó seleccionado entre los 10 mejores estudiantes del mundo. Nicolás Monzón tiene 25 años, estudia tres carreras y podría obtener 100 mil dólares si gana el Global Student Prize.

Oriundo de Quilmes, Monzón estudia Ingeniería en Informática en la UADE y las licenciaturas en Matemática y Física en la UBA, y es el creador, junto a sus compañeros de facultad, de una startup llamada Magnetar, dedicada al desarrollo de software.

El argentino integra la lista de los 10 mejores estudiantes del mundo entre 7 mil jóvenes de 150 países que se postularon para el Global Student Prize, un premio que entrega la Fundación Varkey y Chegg.org.

Emocionante historia de vida

A los nueve años recibió de regalo un libro de matemáticas por parte de su abuela Haydeé. Ese libro marcó su futuro, según le expresó a Infobae, donde contó su historia de vida y superación.

La situación económica familiar no era la mejor: su papá trabajaba de hacer changas, en 2003 perdió el trabajo, fue cartonero y luego trabajó de albañil. Su mamá tenía dos trabajos y hacía trueques en la feria de Solano.

Nicolás, por su parte, estudiaba y ayudaba a sus padres. En la secundaria hizo un curso de reparación de computadoras y diseño de videojuegos.

Un profesor lo ayudó y convenció a sus padres para que lo dejaran entrar a la UBA. Su profesor lo presentó al grupo Jóvenes en Acción desde donde lo animaron a pedir una beca en la UADE, donde ahora estudia Ingeniería en Informática.

En el primer año en la UADE, con sus compañeros creó la startup Magnetar, una desarrolladora de software que realiza código a medida.

Mientras prepara su tesis de grado en Ingeniaría en Informática, comenzó las carreras de Licenciatura en Matemática y Física en la UBA.

En el futuro planea hacer una especialización en Francia en lambda-cálculo, un doctorado y desarrollar una carrera como científico.

“Voy a poder ayudar desde una mejor posición a mi familia, que siempre atravesó dificultades económicas, y acompañar a mis hermanas con sus estudios”, dijo en caso de ganar el premio de 100 mil dólares.