"Sentí que me moría”: el testimonio de un director de hospital ya recuperado de Covid-19

“Estoy mucho mejor, después de haber pasado un momento sumamente difícil y crítico pero ahora estamos de nuevo en carrera, luchando. Pero creo que no es una virtud mía, es una virtud del sistema de salud. El personal de salud es el que ha hecho todo el trabajo y son los héroes de este momento, ayudándonos no solo en lo profesional sino en lo humano”, comenzó reflexionando el director del Hospital Iturraspe, Francisco Villano.

“El 28 de septiembre mi hija tuvo una fractura patológica de cadera y ella estuvo atendiendo pacientes con Covid y en la espera de su prótesis, ella comenzó con fiebre”, por lo que el profesional y su esposa se contagiaron al acompañarla en ese proceso.

“Estuve 12 días con fiebre de 38-40 grados y mal estado general. Me tocaba la piel y me dolía, me peinaba y me dolía la cabeza. Parece que no podía respirar, que me faltaba el aire y en algún momento sentirse uno que se está muriendo… de estar bien, es cómo te está faltando la vida”. A eso se suma que su hija estaba en terapia intensiva con respirador “y eso potencia la angustia y la desesperación”.

“No hay una medicación que esté comprobada que sea eficiente. Hay que hacer reposo, bajar la temperatura y estar atentos a los síntomas más graves”, explicó el doctor Villano.

“Es un tratamiento sintomático, tomaba Paracetamol y me hacía efecto apenas unas 4 a 6 horas, después se sentía como que el cuerpo se destruía, faltaba la fuerza, con dolores y muchas dificultades”, agregó el médico.

“Como paciente, difícil si uno estuviera solo. El personal de salud pone su vida a diario y nos hace sentir protegidos. Realmente es algo que uno admira”, dijo el director del Hospital, que destacó “la fuerza y el ánimo” que le daban los trabajadores para su pronta recuperación.

“Hay un antes y un después. A veces uno como médico se cree indestructible. Como pacientes nos sentimos vulnerables e impotentes y nos damos cuenta que somos una comunidad, que trabaja conjuntamente que hace que podamos salir adelante”, enfatizó.

“Son un pedacito de luz con el que nos tramiten el amor y el amor al trabajo. Dan destellos de luz y de vida que hacen que uno se cure más rápido”, concluyó.

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