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Convocan a defender un emblemático centro de salud mental que corre peligro de cierre porque su predio se subastará
Este miércoles 6 de noviembre los trabajadores del Centro de Salud Mental N°1 "Hugo Rosarios" (CSMN1) organizan desde las 10 una jornada en defensa del centro que da asistencia a miles de personas con distintos padecimientos subjetivos. Participarán profesionales, pacientes, diputados y legisladores.
El CSMN1, ubicado en Manuela Pedraza 1558, del barrio de Núñez, es una de las pocas instituciones públicas que atiende la salud mental de la comunidad.
Sus trabajadores denuncian que el Gobierno Nacional "está subastando el centro público para hacer un negocio inmobiliario" y exigen al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que compre el predio y garantice la continuidad del centro que brinda casi 10.000 prestaciones mensuales.
Se trata del Decreto 950/2024, publicado el último viernes de octubre, que pone en subasta más de 400 inmuebles pertenecientes al Estado Nacional, entre ellos el predio donde se aloja el Centro 1.
Los trabajadores se declararon en "estado de alerta" desde el momento en que el Gobierno Nacional dispuso para la subasta el terreno en el que funciona el centro. E informaron que "el Gobierno de la Ciudad aún no ha dado una respuesta oficial acerca de cómo va a garantizar la continuidad del Centro de Salud Mental". A la vez, habilitaron una página para juntar firmas contra el cierre de la institución.
Desde la Asociación de Psicólogos del GCBA reclaman una solución urgente y efectiva que garantice la continuidad operativa del centro y hacen énfasis en su rechazo al decreto que habilitaría la venta de los terrenos correspondientes al CSMN1.
Entre las actividades programadas para mañana se destaca la clase abierta presencial a cargo de la Lic. Marina Calvo, referencia en la transmisión de la obra de Silvia Bleichmar, titulada "Dolor país y después: Del psicoanálisis aplicado al psicoanálisis extramuros".
Centro integral de salud mental
El CSMN1 fue creado en 1968. Actualmente, realizan entre 8.000 y 9.000 prestaciones mensuales, y cuenta con cerca de 110 empleados entre psicólogos, psiquiatras, musicoterapeutas, terapistas ocupacionales, trabajadores sociales, administrativos y farmacéuticos.
En la ciudad de Buenos Aires, además del CSMN1 solo existe otro centro de salud mental, el N° 3, en Córdoba 3120, Balvanera. En tanto, los hospitales más conocidos son monovalentes, es decir, tratan una especialidad (psiquiatría) y funcionan con internación, como el Borda, el Moyano y el neuropsiquiátrico infantojuvenil Tobar García.
Con más de cinco décadas de trayectoria, el CSMN1 brinda atención especializada a niños, adolescentes, adultos, adultos mayores y familias abordando problemáticas complejas como la violencia, el abuso infantil, la vulneración social y los trastornos severos de salud mental.
Cuenta con equipos especializados en adicciones, violencia de género, grupos terapéuticos y dos hospitales de día, uno para adultos y otro infanto-juvenil, enfocados en el tratamiento del autismo y la psicosis.
Además, posee un Área de Atención Comunitaria e Inclusión Social que impulsa el emprendimiento sociolaboral para fortalecer la integración y el desarrollo de sus usuarios. Dicha área abarca talleres de escritura, promoción de la salud, cuero, yoga y meditación, alimentación saludable, prácticas artísticas, movimiento, plástica, tango, grupo de musicoterapia para adolescentes, emprendimiento social "Enredadas", grupo de encuentro de adultos mayores y grupo de ayuda mutua.
“El Centro N° 1 es el centro de referencia del barrio. Es el hospital de derivación de todas las escuelas, de todos los centros de neurología de la ciudad de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires. Es el riñón del sistema”, subrayó el coordinador de La Cigarra, el sector que se centra en autismo y psicosis infantil, Gustavo Slatoplsky, consultado por el diario La Nación.
“Exigimos quedar excluidos de la nómina. No se puede vender un hospital, la salud no se subasta. A mi hospital no solamente viene gente angustiada, hay gente que escucha voces, hay pibes que se rompen la cabeza contra la pared. Es decir, es de complejidad. Esto implica un trabajo artesanal, y años y años de formación de quienes estamos acá adentro”, remarcó.