“Perder esto sería monstruoso”: la historia de Marcelo, limpiavidrios desde hace 23 años, ante un proyecto de ley que busca prohibir la actividad

Marcelo tiene 60 años y desde hace 23 trabaja como limpiavidrios en la esquina de Cañada y Pueyrredón. Allí pasa sus días desde la mañana hasta las siete de la tarde, en un punto que siente propio y donde construyó vínculos cotidianos con quienes transitan por el lugar. “He formado como una familia acá”, dice al describir esa relación sostenida en el tiempo.

Antes de dedicarse a esta actividad, trabajó en una fábrica de ruedas que luego se trasladó a Brasil. Decidió no irse y buscó otras alternativas: durante un período hizo artesanías en el Paseo de las Artes, hasta que conoció a un limpiavidrios y comenzó a trabajar en la calle. Desde entonces, esa esquina se transformó en su principal sustento.

Con ese ingreso, Marcelo pudo sostener a su familia. Tiene cuatro hijos, todos terminaron el secundario en un colegio técnico, y una de sus hijas está próxima a recibirse de profesora de música en el Conservatorio Provincial. Destaca que ese recorrido educativo fue posible gracias a su trabajo y al acompañamiento de la gente que lo ve a diario. “Siempre les agradezco y les digo que gracias a ellos mis hijos han podido mantener sus estudios”, afirma.

En paralelo, el proyecto de ley para reformar el Código de Convivencia Provincial, que incluye sanciones a naranjitas y limpiavidrios, iba a tratarse este viernes en comisión en la Legislatura, pero el oficialismo decidió no sacar el despacho, por lo que el debate quedó frenado. El lunes será la última sesión del año y, desde la oposición, advirtieron que “temen sorpresas” en torno al tratamiento del proyecto.

Desde la oposición hubo críticas tanto al contenido del proyecto como al aplazamiento del debate. Gregorio Hernández Maqueda, legislador provincial del bloque Mejor Futuro, sostuvo que la actividad debería prohibirse directamente. Desde la izquierda, en tanto, cuestionaron la iniciativa por considerar que estigmatiza y quita fuentes de ingreso en un contexto de crisis. Por su parte, Brenda Austin, legisladora provincial de la Unión Cívica Radical, afirmó que estaban dispuestos a tratar el proyecto, pero cuestionó que se haya frenado su discusión en comisión.

En ese contexto, Marcelo expresa una preocupación profunda por el futuro. “Perder esta esquina sería monstruoso”, asegura, y reconoce que, a su edad, no sabe cómo podría reinsertarse laboralmente. “Si me sacan, no sé qué voy a hacer”, repite, mientras el debate político sigue abierto y su realidad cotidiana permanece en suspenso.