Córdoba
Día de las Bibliotecas Populares: historias vivas entre libros y comunidades de Córdoba
En Córdoba, las bibliotecas populares no son solo lugares donde se guardan libros; son auténticos centros culturales que laten al ritmo de sus barrios. Estos espacios han sido, durante décadas, refugios de conocimiento, encuentro y resistencia cultural en distintas comunidades de la ciudad y la provincia.
Entre las más importantes de la ciudad se encuentra la Biblioteca Popular Vélez Sarsfield, fundada el 11 de mayo de 1909 y considerada como la biblioteca popular más antigua de la ciudad de Córdoba. En 2012, fue declarada Patrimonio Histórico de la provincia y de la municipalidad.
Bibliotecas como la “Popular Alberdi”, en barrio Alberdi; la “Néstor Kirchner”, en Villa El Libertador; o la “Rosario Vera Peñaloza”, en barrio Güemes, son ejemplos de cómo estos lugares se convierten en faros de la identidad local. No solo ofrecen colecciones de libros, sino que abren sus puertas para talleres de arte, clubes de lectura, actividades para niños y jóvenes, y encuentros comunitarios que fortalecen los lazos sociales.
Un caso singular es el de Julio Melián, creador de la única biblioteca argentina ubicada dentro de un cementerio. Julio vive hace 55 años en Alto Alberdi, a pocas cuadras del cementerio San Jerónimo. Fue su tía abuela quien lo acercó a las páginas de los libros, y fue el barrio el que lo condujo hasta el cementerio. Un lugar usualmente destinado a la memoria de quienes ya no están, se transformó en un espacio de cultura viva.
La biblioteca, ubicada en calle Pedro Chutro 511, cuenta con más de 500 ejemplares, que llegaron gracias a donaciones de la Asociación de Bibliotecarios de Córdoba, la Federación de Bibliotecas Populares de Córdoba, la Biblioteca del Congreso de la Nación, el Plan Provincial de Lectura, el Instituto de Enseñanza Superior Simón Bolívar y el Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.
Así, las bibliotecas populares en Córdoba siguen siendo espacios vivos, que crecen y se transforman junto a sus comunidades. Son lugares donde todas las voces son escuchadas y valoradas, reafirmando día a día que la cultura popular es un derecho y un motor imprescindible para el bienestar colectivo.