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Se conocieron los terribles detalles de la muerte de un niño de 2 años a manos de su padrastro
El lunes 27 de noviembre de 2017 en Luján de Cuyo, en una casa ubicada en la calle San Martín, el pequeño Giuliano Ibáñez, de 2 años y 9 meses, fue golpeado por su padrastro y la madre lo llevó al Hospital Notti donde murió.
Su madre lo había llevado argumentando que el pequeño se había desvanecido después de que ella lo retara. Sin embargo esa explicación no convenció a los médicos y tampoco a los investigfadores del caso que rápidamente comenzaron a indagar a la mujer y a su novio, para llegar este miércoles a encontrar la verdad de lo que es un crimen aberrante.
“La causa de muerte fue un shock mixto que se produce por un shock hipovolémico, que implica una gran pérdida de sangre, y un shock neurogénico, que se produce por un dolor extremo, una lesión extremadamente dolorosa. Es poco habitual esta lesión; es la primera vez que la veo”, explicó en el juicio por jurado Marcela Godoy, la forense que hizo la necropsia del cuerpo del pequeño Giuliano.
“No sé si fue una patada o varias pero no tengo dudas de que fue golpeado”, sostuvo la especialista, mirando alternativamente a los 12 integrantes del jurado y a los imputados, Maximiliano Ortiz Rosales (29) y Yamila Ibáñez Benavidez (26). Ambos son juzgados por homicidio agravado por el vínculo y por alevosía y arriesgan penas de prisión perpetua.
Un golpe extremadamente violento
La profesional de la salud indicó que el niño recibió un violentísimo golpe en la espalda que le produjo un traumatismo agudo de columna lumbar.
El golpe fue de tal magnitud que le provocó una fractura en la columna con desprendimientos óseos. Pero el daño no fue sólo en los huesos sino que fue tan contundente que le produjo un “corte”, un daño tremendo en el sistema nervioso central, informan los colegas del diario Los Andes en su versión web.
“Pienso en una patada con zapatillas, algo de alto impacto pero que no deja marcas (visibles)”, aseguró Godoy.
Según la especialista, los huesos de un niño son más cartilaginosos que los de un adulto y por ello son más difíciles de fracturar, sobre todo los más duros, es decir los del cráneo y la columna.
En el caso de Giuliano, lo que más le llamó la atención a Godoy no fue la lesión ósea sino que el golpe fue tan violento que le dañó la médula. “La columna se dobló demasiado hacia atrás (por el golpe)”, afirmó la especialista.
Luego explicó que el golpe no pudo ser accidental, como los que se producen en una caída porque en este caso se hubieran registrado marcas en las extremidades o en la cabeza.
Además, la forense afirmó que las equimosis (los moretones) que tenía el niño se habían producido dentro de los 20 días anteriores a la muerte, plazo máximo en que estas lesiones son visibles.
Estas lastimaduras, justamente, fueron señaladas como típicas del maltrato infantil que, para la médica, Giuliano había recibido.
A esto le sumó que el pequeño no había sido alimentado en las últimas 8 horas anteriores a su fallecimiento.
Los dos son imputables
Ayer también declararon los psiquiatras que realizaron las pericias psiquiátricas a Maximiliano Ortiz Rosales y Yamila Ibáñez Benavidez.
Ambos fueron declarados “imputables”, es decir que no presentan ninguna enfermedad mental que les impida someterse a un juicio ya que comprenden la criminalidad de sus actos.
Ortiz fue caracterizado como una persona que no se ajusta a los límites externos, es impulsivo, no es autocrítico, es inestable e inmaduro.