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Mendoza: comienza el juicio por los abusos en el Instituto Próvolo
El juicio que marca el mayor escándalo por denuncias de abusos sexuales eclesiásticos registrado en la provincia es en contra de los curas Nicola Corradi (83), Horacio Corvacho (59) y el administrativo Armando Gómez (57), los tres imputados por "abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores, en concurso real con corrupción de menores".
A puertas cerradas a la prensa y con traducción simultánea en lenguaje de señas ante la presencia de las víctimas y sus familiares, comenzará hoy en Mendoza el juicio por abusos sexuales cometidos en el Instituto Antonio Próvolo para niños hipoacústicos contra dos curas y un jardinero que trabajaba allí.
El fiscal Gustavo Stroppiana, quien encabezó la mayoría de la instrucción, imputó a Corbacho por 16 hechos de abuso, de los cuales ocho son por abuso sexual agravado con acceso carnal (violaciones); y a Corradi y a Gomez por seis hechos de abuso sexual a cada uno. Otra acusación formal restante es por corrupción de menores (obligarlos a ver videos y revistas pornográficas).
Esta causa ya tiene un condenado y es el monaguillo Jorge Bordón, de 51 años, quien confesó en septiembre del año pasado durante un juicio abreviado, ser autor de 11 abusos y deberá cumplir diez años de prisión.
Todas las denuncias contra los curas y contra los empleados del Próvolo provienen de exalumnos del instituto, quienes manifestaron haber tenido entre 5 y 16 años al momento en que se produjeron los ataques.
Tras una extensa investigación que incluyó numerosas testimoniales, cámaras Gesell e incontables allanamientos e inspecciones al lugar, y con absoluto silencio de la Iglesia católica, se aguarda que la Justicia mendocina aplique la mayor de las penas a los acusados de aberrantes abusos a niños indefensos.
"De la justicia esperamos una condena ejemplar", remarcaron desde el colectivo Sobrevivientes del Próvolo. Para ellos, "la valentía de los jóvenes sobrevivientes del Instituto Próvolo de Mendoza permitió romper el cerco de impunidad institucional en el que los abusadores se amparaban por asimetría de poder".
Los abogados querellantes de la causa, Sergio Salinas y Oscar Barrera, han denunciado a lo largo de toda la instrucción la falta de colaboración de la Iglesia Católica en general y del Vaticano en particular en el Caso Próvolo.
Los imputados podrían recibir penas de hasta 50 años de prisión.