Viajamos hasta Colonia Caroya para conocer la historia de la familia Grion; una referente
elaboradora de chacinados, embutidos secos y salazones, que envìa productos desde Salta hasta
Tierra del Fuego.
Desde Colonia Caroya para el resto del país, una marca emblemática que es reconocida y
distinguida desde 1917 por el trabajo, compromiso y trayectoria transmitida de generación en
generación. Si hablamos de salames pensamos automáticamente en Colonia Caroya, y la familia
Grion ha sido protagonista en la creación de ese sello tan emblemático para todos los cordobeses.
“Tener la marca, de un apellido, la marca registrada de lo que es Colonia Caroya, es un gran
desafìo”; cuenta con emoción Diego Giron. Muchos conocimientos transmitidos a lo largo de toda
la familia para seguir sosteniendo una empresa que continúa creciendo e innovando. “La insignia
nuestra son los salames, se han ido agregando productos, tenemos etiqueta negra, que es nuestra
nueva insignia”.
Han lanzado recientemente el jamón natural, un jamón que se realiza sin hueso que se ha
convertido en un clásico de la empresa. Trabajan con entusiasmo y dedicación; “yo vengo a las
cinco de la mañana y me voy a las once de la noche; es mi pasión y agradezco a mi familia porque
son mi sostén”.
El fruto de su historia dedicados a contribuir a que Colonia Caroya se convierta no sòlo en ìcono de los más delicios salames sino tambièn en un gran atractivo turístico ha generado la expansión de
su empresa familiar colocándolos en las góndolas de grandes cadenas de supermercados como
Jumbo en sus quince sucursales.
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