En este capítulo abordamos la situación de las várices en la tercera edad junto al Dr. Alejandro Pedrazzoli, Especialista en Flebología y Linfología. El avance de la edad es uno de los principales factores de aparición de esta enfermedad, aumentando la probabilidad de fallas o complicaciones de las válvulas venosas. Un factor determinante además del antecedente genético es la menopausia en las mujeres, la disminución hormonal de la producción de ovarios durante esta etapa causa que las paredes de las venas se debiliten.
“Un ritmo de vida sedentario y el sobrepeso que puede experimentar la persona también favorece su aparición” enfatiza el Dr. Pedrazzoli.
Con el paso del tiempo, las personas disminuyen su actividad física, no se cuenta con la misma energía que se tiene en edades más temprana, esto ralentiza el empuje de la sangre al corazón, la circulación no es optima dando paso a afecciones varicosas. La oscilación del peso es otro de los factures muy comunes de esa etapa de la vida haciendo más probable la presencia de varices.
Las mujeres que entre los 45 y 55 años atraviesan el proceso de disminución de periodicidad en su ciclo hormonal, ha sido comprobado como una de las causas de la debilitación de las paredes venosas, convirtiendo al género en el blanco principal del avance de esta afección.
La úlcera venosa puede verse acompañada por distintas lesiones en la piel, asociados también a los síntomas típicos de la insuficiencia venosa crónica. Como se trata de una enfermedad crónica y evolutiva, las úlceras son la consecuencia del avance de la enfermedad perteneciendo al Grado IV evolutivo. Los tipos de varices en este grado son los más peligrosos para el aparato circulatorio ya que comienzan a aparecer zonas eczematosas y úlceras, siendo ésta última muy difícil de tratar y consecuentemente con mayores factores de riesgos ya que se pueden infectar.
El Dr. Alejandro Pedrazzoli, Especialista en Flebología y Linfología de Centro Pedrazzoli nos explica cómo abordar las consecuencias de las várices en la tercera edad, y como tratarlas para mejorar la calidad de vida del paciente que las padece crónicamente.
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