La sequedad ocular, también conocida como el síndrome del “ojo seco”, es la afección oftalmológica más frecuente: uno de cada cinco pacientes que concurren al oftalmólogo, consulta por “ojos secos”, nos cuenta el Dr. Sebastián Onnis, de @onnisoftalmologiacordoba.
Se trata de una enfermedad multifactorial que afecta a la superficie ocular y que produce molestias, dolor, sensación de cuerpo extraño, ardor y fluctuación visual. Si no se atiende puede causar infecciones oculares, daño en la superficie de los ojos y hasta la disminución de la calidad de vida de quien lo padece.
Los ojos secos son una afección frecuente que aparece cuando las lágrimas no pueden lubricar los ojos de forma adecuada. Nuestros ojos necesitan lágrimas para mantenerse limpios y saludables. Y esto lo proporciona la película lagrimal, que los lubrica y que está formado por tres capas: una capa aceitosa (lipídica), una acuosa y otra pegajosa (mucosa).
Este síndrome puede ser producto de factores endógenos, factores ambientales y factores tecnológicos entre otros. El uso de dispositivos nos obliga a fijar la vista durante un tiempo prolongado disminuyendo la cantidad de parpadeo y generando la sequedad ocular. Al disminuir el parpadeo aumenta la evaporación de las lágrimas, lo que produce una sensación de ojos secos. También se presenta con motivo de la exposición a ventiladores y aires acondicionados entre otros factores.
Algunos de los síntomas que trae el ojo seco, es la sensación de picor, como si tuviéramos algo en el ojo, ardor o escozor, ojos rojos, sensibilidad a la luz o visión borrosa. La sensación de "ojo acuoso" también es producto de tanta sequedad, ya que un mecanismo natural ante esta situación es la repentina aparición de muchas lágrimas en exceso, provocando esa sensación de que el ojo “llora”, pero es un mecanismo de lubricación espontánea ante la sequedad.
Afortunadamente existen tratamientos para contrarrestar este síndrome. El tratamiento clásico consiste en aplicar lágrimas artificiales sin conservantes, o geles lubricantes para ayudar a mantener la humedad.
Se puede incurrir en dos tratamientos, uno para mejorar la cantidad de lágrimas y otro para tratar la calidad de la lágrima. Mediante un dispositivo llamado punctal plugs que se coloca en el punto lagrimal se puede aumentar la producción de lágrimas. Y con el tratamiento Lipiflow, que es un sistema de pulsación térmica que actúa sobre el párpado y consigue liberar la obstrucción de las glándulas de meibomio, se puede conseguir la lubricación que el ojo perdió
Para saber todo sobre el síndrome de “ojo seco” que afecta en Argentina a 14 millones de personas, no dejes de ver este capítulo de “Salud en 3 Minutos” junto al Dr. Sebastián Onnis, del Instituto Oftalmológico ONNIS nos cuenta sobre las causas, los síntomas y los tratamientos para esta enfermedad visual.
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