El caso de una nena de 2 años sorprendió a todos los médicos. Es que los doctores le habían dicho a los padres de Laurel Phizacklea que la bebé no resistiría luego de su nacimiento y moriría a las pocas horas.
La criatura sufrió una condición muy particular desde la gestación por la que su pared abdominal no se formó y vino al mundo con el estómago, el hígado y los intestinos en la parte exterior del cuerpo.
El cuadro de la nena inglesa fue detectado a las 12 semanas de gestación. En ese momento le informaron a sus padres, Kelly (30) y Sean (34), que la bebé tenía sus órganos afuera de la caja torácica y que no podían ser reubicados. Esto llevaría a su muerte durante o después del parto.
Hoy Laurel tiene 2 años y lleva una vida normal –dentro de su cuadro- y a pesar de todo pronóstico: tiene un bulto que sobresale de la zona de su panza y sus padres deben envolverla con vendas para sostener sus órganos externos.
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