Aunque muchos lo consideran una criatura demoníaca y lo confunden con una extraña ardillas o alguna especie relacionada al murciélago, el aye-aye en realidad es un primate y es uno de los más extraños del mundo.
Tiene un cuerpo de unos 40 centímetros, lo que lo convierte en el primate nocturno más grande. Y ahora los científicos descubrieron otra de sus singularidades: tiene un sexto dedo en cada una de sus manos.
Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos) hallaron que el aye-aye (Daubentonia madagascariensis) de Madagascar presenta un "pseudo-pulgar" que le sirve para agarrar objetos y ramas a medida que se mueve a través de los árboles.
Es la primera vez que se descubre un dígito accesorio en primates.
El aye-aye, de la familiar de los lemures, tiene incisivos de crecimiento constante, orejas grandes y manos con dedos delgados y alargados que usa para atrapar larvas de los árboles.
"Tiene la mano más loca de cualquier primate", sostuvo Adam Hartstone-Rose, profesor asociado de ciencias biológicas en NC State y autor principal del artículo sobre el descubrimiento, que publicó en "American Journal of Physical Anthropology".
Hartstone-Rose sostuvo que los dedos del aye-aye evolucionaron para ser extremadamente especializados, aunque esa condición a veces no le resulta "de mucha ayuda cuando trata de moverse a través de los árboles" ya que "parece un extraño lémur caminando sobre arañas".
El grupo de científicos estaba estudiando las manos inusuales del aye-aye cuando notaron que uno de los tendones se bifurcaba hacia una pequeña estructura en la muñeca.
Al usare técnicas tradicionales de disección de imágenes digitales durante seis años, se dieron cuenta de que dicha estructura estaba compuesta tanto de hueso como de cartílago, y tenía una musculatura que permite a esta estructura moverse en tres direcciones, de la misma manera en que se mueven los pulgares humanos.
"El pseudopulgar es definitivamente más que una protuberancia", señaló Hartstone-Rose, quien añadió: "Tiene una extensión ósea y cartilaginosa y tres músculos distintos que lo mueven. Puede retorcerse en el espacio y ejercer una cantidad de fuerza equivalente a casi la mitad del peso corporal del aye-aye. Por lo tanto, sería bastante útil para agarrar".
Al examinar especímenes de ambos sexos y de varias edades, encontraron la misma estructura en las manos izquierda y derecha de cada uno.
Según los autores del estudio, el aye-aye puede haber desarrollado el pseudo-pulgar para compensar sus otros dedos demasiado especializados.
"Otras especies, como el oso panda, han desarrollado el mismo dígito adicional para ayudar a agarrar porque la pata de oso estándar está demasiado generalizada para permitir la destreza necesaria para agarrar", explicó Hartstone-Rose, tras remarcar que también los topos y algunos reptiles nadadores extintos tienen dígitos adicionales que amplían la mano y los ayuda a excavar o nadar de manera más eficiente.
"Es sorprendente que haya estado allí todo el tiempo, en este primate tan extraño, pero nadie lo ha notado hasta ahora", afirmó el científico.
La única población de esta criatura es muy pequeña y corre riesgo de desaparecer. Limitada únicamente a los bosques de Madagascar, está amenazada no solo por la reducción de su hábitat debido a la tala sino también por culpa de la superstición.
Algunos creen que si el animal los señala con su largo dedo, los ha marcado para la muerte. Otros creen que si aparece cerca de la aldea traerá mala suerte y desgracias. Al cruzarse con ellos, los lugareños optan por matarlo para evitar las maldiciones.
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