Es un hito para esa casa de altos estudios y todo el sistema universitario nacional. El artefacto de alta sofisticación pesa casi 800 kilos ya instalado y será utilizado para proyectos de disciplinas como astronomía, química, ciencias sociales, estadísticas y otras.
Inodoro Pereyra y su impronta en la cultura argentina le presta el nombre de uno de sus personajes, “Serafín”. Otros clusters de la UNC ya tenían nombres inspirados en la historieta de Roberto Fontanarrosa, “Mendieta” y “Eulogia”.
Argentina solo dispone de una máquina más potente que “Serafín”, pero no está disponible para la comunidad científica en general; la usa el Servicio Meteorológico Nacional para modelos de simulación climática.
“El nuevo cluster está especialmente destinado para los grandes proyectos científicos. Hoy en día no se puede hacer ciencia en casi ningún campo si no se usan las supercomputadoras, son una herramienta fundamental. Por ejemplo, los físicos podrán hacer estructuras del universo, se podrán desarrollar catalizadores, baterías de litio, hasta facilitar el hallazgo de fármacos contra el Covid”, explicó Oscar Reula, director del CCAD, en diálogo con Infobae.
La UNC invirtió 371 mil dólares en la máquina. Según explicó Reula, la supercomputadora se pondrá gratuitamente al servicio del mundo científico y empresario, y esperan una alta demanda: ya hay 60 grupos de investigadores dentro de la base de usuarios.
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