La inseguridad y los robos domiciliarios son un dato que se repite diariamente en nuestra ciudad. Las ocasionales víctimas suelen resignarse al "esta vez me tocó a mí"; sin embargo en este caso, además de padecer la sustracción de objetos de valor, se encontraron con un detalle que irritó aún más a las víctimas.
Como es común en estos casos, nadie vio ni escuchó nada; pero el detalle más fastidio y enojo provocó, es que los delincuentes defecaron en la casa y se limpiaron con el perro de la familia.
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