La muerte de una persona en situación de calle puso en evidencia una crisis latente en Villa Carlos Paz: el refugio Brochero, único espacio de contención para quienes no tienen hogar en la ciudad y en gran parte del valle de Punilla, permanece cerrado desde el 1 de marzo. La falta de voluntarios y la creciente complejidad de los casos llevaron al cese de actividades.
Alicia Barrigó, coordinadora del refugio, explicó que las problemáticas de quienes buscan ayuda se han agravado con el consumo de drogas, el alcohol y la violencia familiar, lo que supera la capacidad de un equipo basado solo en la voluntad solidaria. “La realidad que estamos viviendo nos ha desbordado”, afirmó.
Desde su cierre, no hay espacios de asistencia nocturna para quienes duermen en la calle. “A la mañana venimos y están entre los cartones durmiendo”, relató Barrigó. La falta de políticas públicas para la reinserción social de estas personas es un problema estructural.
El refugio funcionaba en una casona de la calle Cárcano al 200 y brindaba abrigo, comida y acompañamiento a quienes lo necesitaban. Sin embargo, la creciente demanda requiere de profesionales que el voluntariado no puede suplir. “A mí me llaman de una unidad judicial, hospital o comisaría y me preguntan si puedo recibir a alguien. ¿Y después qué? ¿Quién lo acompaña? ¿Quién controla si toma la medicación?”, cuestionó Barrigó.
“Nosotros no discriminamos a nadie, simplemente reconocemos la limitación del voluntariado y necesitamos profesionales”, concluyó Barrigó.
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