El Ministerio de Ambiente y Economía Circular de Córdoba autorizó la caza deportiva de especies exóticas como el jabalí europeo, el ciervo colorado, el ciervo Axis y el ciervo Dama, a partir del 17 de junio. La medida, publicada en el Boletín Oficial, tendrá vigencia durante un año y contempla cupo liberado para todas estas especies, permitiendo la actividad todos los días, incluso en horario nocturno, con restricciones sobre el uso de luz artificial portátil y prohibición del uso de perros.
La habilitación reavivó el debate sobre el manejo de especies exóticas invasoras en Argentina. El biólogo Lucas Enrico, en diálogo con Telefe Córdoba, analizó el impacto de estas especies sobre la biodiversidad, la salud humana y los equilibrios ecológicos, y cuestionó que la respuesta sea la caza deportiva.
“Yo celebro la preocupación, la comparto, obviamente por la defensa de la vida de todos los seres vivos”, señaló. Sin embargo, advirtió que “estas especies generan graves perjuicios para todos nuestros ecosistemas nativos”. Afectan no solo a la fauna local, sino también a la vegetación, los servicios ecosistémicos y las redes tróficas que sostienen el equilibrio natural.
Enrico explicó que muchas de estas especies, como el jabalí, son vectores de enfermedades que pueden transmitirse tanto a animales silvestres como a los humanos. “En el caso del jabalí, una muy conocida es la Triquinosis”, remarcó. También se refirió a los procesos de hibridación, como el cruce entre jabalíes y cerdos domésticos, que generan animales más agresivos y con mayor tasa de reproducción.
“Estas especies se sienten liberadas de toda presión y se reproducen libremente y descontroladamente”, señaló. A diferencia de sus lugares de origen, donde existen depredadores naturales como osos o lobos, en Argentina carecen de ese tipo de control biológico. Además, tienen mayor capacidad reproductiva que las especies autóctonas, lo que agrava el problema.
Otro punto que destacó fue la competencia territorial: “Cuando hay animales territoriales, terminan expulsando a otros animales nativos”. Y agregó que no solo se trata de alimento, sino también de comportamiento y espacio. “No podemos tratar a estas especies exóticas invasoras como debemos tratar a nuestra fauna nativa”, afirmó.
En el caso de Córdoba, advirtió que especies introducidas como los ciervos compiten directamente con la corzuela, un cérvido nativo. También mencionó situaciones similares en otras regiones: “En el sur está el problema con el huemul, que es monumento natural de Argentina, y se ha demostrado que estos ciervos introducidos lo desplazan”. Lo mismo ocurre con el venado de las pampas.
Sobre el origen del problema, Enrico fue categórico: “No son animales que vinieron migrando solos, los trajimos como humanos”. También afirmó: “La solución hubiese sido no ingresar nunca esta especie a nuestro país”. Según detalló, muchas especies fueron introducidas con fines de caza en cotos privados y terminaron expandiéndose sin control. “Ahora el problema que generaron se intenta solucionar con más caza. Es una paradoja”, cuestionó.
También criticó la caza deportiva: “Así como las corridas de toros o la doma, son prácticas aberrantes que no deben seguir siendo justificadas por formar parte de una cultura”. Subrayó que el enfoque debe estar puesto en la conservación de las especies nativas, “que son parte de nuestra identidad y de la salud de nuestros ecosistemas”.
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