Córdoba

Falleció el Papa Francisco: cómo es el camino hacia la elección de su sucesor

Con la partida del primer pontífice latinoamericano y argentino, la Iglesia Católica entra en el período de “Sede vacante”. Comienza un protocolo milenario que culminará con la elección del nuevo líder espiritual desde la Capilla Sixtina.
Por vgrivarello vgrivarello

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Córdoba: Falleció el Papa Francisco: cómo es el camino hacia la elección de su sucesor

El fallecimiento del Papa Francisco, ocurrido este lunes, marca el final de un pontificado histórico y el inicio de un nuevo capítulo en la Iglesia Católica. Jorge Mario Bergoglio, el primer papa argentino y latinoamericano, será recordado por su humildad, su cercanía con los fieles y su pedido inaugural: “Recen por mí”.

Con su muerte, se activa automáticamente un riguroso protocolo eclesiástico. Comienza así el período conocido como “Sede vacante”, durante el cual el gobierno de la Iglesia pasa a manos del Colegio de Cardenales. Bajo el principio de nihil innovetur (nada nuevo debe ser introducido), este cuerpo sólo puede encargarse de los asuntos urgentes y de preparar el cónclave para elegir al nuevo pontífice.

Según la normativa vigente, el cónclave debe iniciarse entre 15 y 20 días después de la muerte del Papa. Participan únicamente los cardenales menores de 80 años, quienes deberán trasladarse al Vaticano.

La elección se realiza mediante votación secreta, con boletas que cada cardenal deposita en una urna sobre el altar de la Capilla Sixtina. Para que haya un nuevo papa, uno de los candidatos debe recibir el apoyo de dos tercios del total de votantes. Si no se alcanza ese número, se repiten las votaciones: en el segundo y tercer día del cónclave se llevan a cabo hasta cuatro por día.

La señal de que se ha elegido un nuevo pontífice es universalmente reconocida: el humo blanco que se eleva sobre el cielo romano desde la chimenea de la Capilla Sixtina. Si no hay acuerdo, el humo es negro.

Una vez aceptado el nombramiento, el nuevo papa elige su nombre y es presentado desde el balcón de la Basílica de San Pedro con el tradicional anuncio: Habemus Papam.