El juez Carlos Fernando Machado dispuso que la persona registrada previamente como L. A. C., de género masculino, sea inscrita ahora como L. M. C., de género femenino. La solicitud de rectificación fue presentada por la interesada, quien relató haber sido asignada inicialmente con el género femenino y haberse registrado como L. M. C. Sin embargo, en la adolescencia decidió cambiar de género, obteniendo el consentimiento de sus progenitores y rectificando su nombre como L. A. C., de género masculino. Posteriormente, optó por regresar a su género de nacimiento y recuperar su nombre femenino (L. M. C).
El juez Machado basó su decisión en el artículo 69 del Código Civil y Comercial, que establece que el cambio de prenombre o apellido procede si existen "justos motivos", entre los cuales se considera la afectación de la personalidad de la persona interesada. Además, se respaldó en la Ley N.° 26.743, que garantiza el derecho de toda persona al reconocimiento de su identidad de género.
El juez resaltó que el derecho a la identidad de género está respaldado tanto por la normativa nacional como internacional. Señaló que la Convención Americana de Derechos Humanos y la Opinión Consultiva n.° 24/17 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconocen el derecho de las personas a definir autónomamente su identidad sexual y de género.
Tras valorar los argumentos presentados, el juez Machado concluyó que la variación experimentada en la identidad de género de la solicitante constituye un "justo motivo" para acceder a la rectificación registral solicitada. Negar dicha rectificación violaría sus derechos fundamentales.
En última instancia, el magistrado enfatizó que la documentación de la solicitante debe reflejar su identidad de género actual para garantizar su desenvolvimiento en los diferentes ámbitos de su vida de manera plena y tranquila.
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