El juicio por la muerte de cinco bebés en el Hospital Neonatal de Córdoba continúa este martes en la Cámara Séptima del Crimen.
En esta jornada, hablaron Vanessa Cáceres y Raúl Calderón, padres de Francisco, quien falleció el 18 de marzo de 2022. Este fue el primer caso de las cinco muertes que se investigan.
Días previos, declararon Damaris Bustamante, mamá de Benjamín, y Yoselín Rojas, mamá de Angeline.
La familia Calderón arribó minutos antes de las 9:00 hs a la sede de Tribunales II, acompañados por Soledad Laciar, mamá de Valentino Blas Correa, el joven asesinado el 6 de agosto de 2020 por agentes policiales.
Al inicio del testimonio, Vanessa pidió que no esté presente la imputada Brenda Agüero, ya que consideraba perturbadora su presencia.
El defensor de Agüero, Gustavo Nievas, pidió que se le permita a la enfermera retirarse a su lugar de alojamiento, cosa que fue denegada por el tribunal.
En su declaración, confirmó que previamente se realizó cinco ecografías que certificaron el buen estado del corazón del bebé y que tanto ella como Francisco, estaban sanos.
Además, explicó que costeó todos los estudios con su dinero ya que no tenía obra social, mientras que el parto fue por cesárea.
Quebrada del llanto, contó que minutos después que naciera su hijo, pasó a otra cirugía para ligarse las trompas.
Su testimonio
- “Era un bebé esperado. Hasta teníamos elegido el nombre de varón y de nena con mis hijos anteriores. Lo viví con mucha alegría, con mucha esperanza".
- “Cuando nació me dijeron ‘acá está tu hijo, todo está perfecto’. Me lo acercaron y le di un beso”.
- “A la hora y media una médica me dijo que el bebé tenía una arritmia y debían pasarlo a terapia. Me arrepiento de no haber pedido que me lo pongan arriba, iba a ser el único momento de tenerlo conmigo vivo”.
- "Me decían que su estado era crítico, que no había un cardiólogo de guardia, que se iban guiando por un cardiólogo por teléfono".
- "Pedí que me llevaran con él. Me subieron a una silla de ruedas y me llevaron con mi marido. Estaba intubado, con una sábana, una doctora me dijo ‘se va a ir igual’. Vi mucho movimiento de gente alrededor de él y me calmaba porque decía 'se están ocupando todos de salvarlo'. Nunca se me hubiera ocurrido nada”.
- "Le reventaron el corazón. Los médicos no encontraban explicación al daño que tenía".
- “Me ofrecieron hacer una autopsia cuando mi hijo todavía estaba vivo, les pedía por favor que me lo salvaran, me pareció cruel en ese momento y por eso les dijimos que no”.
- “Nunca me ofrecieron ayuda psicológica. El domingo me dieron la pastilla para cortar la lactancia y me dieron el alta. Mi marido había hecho todos los trámites para que al salir pudiéramos enterrar a nuestro hijo”.
- “Ese domingo llegué, me bañé y nos fuimos a enterrarlo. No entendimos qué había pasado. Si bien no desconfiamos, nunca imaginamos algo tan siniestro como lo que estamos viviendo”.
- “En agosto vimos el noticiero y ahí escuchamos que el doctor Nayi estaba hablando con otra de las familias víctimas y dice puntualmente la fecha: desde el 18 de marzo. Fue terrible enterarnos de esa forma”.
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