Venta de pollo con arroz para pagar la defensa de un comerciante que mató a un ladrón

Tras sufrir dos asaltos en su hogar, Carlos Ramos decidió tomar cartas en el asunto y denunciar los incidentes en la comisaría local, respaldando sus reclamos con pruebas contundentes provenientes de las cámaras de seguridad de su residencia. Sin embargo, su encuentro con uno de los ladrones en las calles del barrio cambió drásticamente el curso de los acontecimientos.

En un enfrentamiento tenso, el ladrón se le rió en la cara a Ramos, desatando una reacción impulsiva por parte del comerciante, quien terminó disparándole fatalmente en el pecho. La tragedia marcó el inicio de un largo camino legal para Ramos, quien enfrenta cargos de homicidio.

La jueza Josefina González Cabaña dictaminó que Ramos permanezca en prisión domiciliaria, considerando factores como la falta de antecedentes y su papel como el único sostén económico de su familia. Sin embargo, la situación ha desencadenado un debate más amplio sobre el estado de la sociedad y el papel del Estado en la protección de sus ciudadanos.

Ante la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades policiales y judiciales, la familia de Ramos organizó una venta de pollo con arroz para recaudar fondos destinados a cubrir los costos legales del comerciante. La comunidad local se unió en apoyo, reconociendo la difícil situación en la que se encontraba Ramos y buscando aliviar su carga financiera.

Héctor Ghiretti, filósofo y experto en temas sociales, señaló que el incidente refleja una brecha en el contrato social y una creciente percepción de ausencia funcional por parte del Estado. En un momento en el que algunos ciudadanos sienten la necesidad de asumir roles tradicionalmente asignados al Estado, como la seguridad y la protección legal, Ghiretti plantea la urgencia de replantear el papel y la prestigio del Estado en la sociedad.