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La odisea de dos argentinas varadas en Bali
El 11 de marzo pasado, María Cristina Acosta viajó, junto a una compañera de trabajo, desde Buenos Aires a Bali (Indonesia) para comenzar sus vacaciones y ya no pudieron regresar más a la Argentina, debido al cierre de fronteras por el coronavirus.
Ambas son kinesiólogas y trabajan en el hospital Garraham. Cuando se enteraron de las medidas dispuestas para combatir la llegada de la pandemia al país, intentaron adelantar su regreso pero les fue imposible.
“Directamente, la Embajada (Argentina) nos decía que no gastemos dinero en comprar tickets porque ya los vuelos, después del cierre de las fronteras, no iban a poder aterrizar. Así que nos quedamos acá, varadas en Bali”, relató la mujer.
María Cristina explicó que hay 135 argentinos en las mismas condiciones que ellas, repartidos entre las distintas islas de Indonesia. En ese sentido, reclamó precisiones sobre su regreso a la Embajada y Cancillería argentinas.
“Actualmente, si bien tenemos una comunicación fluida con el canciller, la información no es precisa, no nos dan respuestas concisas como algún cronograma de repatriación”, se lamentó.
Además, agregó que luego de tanto tiempo en el exterior, a muchos de los varados se les dificulta arbitrar los medios para subsistir y hasta el momento, no han recibido ayuda del Estado.
"Muchos ya la están pasando mal", sostuvo y postuló que hay varados que son "población de riesgo", como por ejemplo mayores de 65 años, embarazadas e inmunodeprimidos.
"Esta situación genera angustia, nunca se sabe cuándo se vuelve", puntualizó.