Gabriel perdió todo, cuando la casa que alquilaba explotó como consecuencia de una pérdida de gas que había sido reclamada a los propietarios de la vivienda.
Perdió a su hijo varón y sus otras dos hijas más su esposa quedaron con quemaduras en su cuerpo. La peor secuela de la llevó Ámbar de 4 años, a quien le debieron amputar sus pies y manos.
La solidaridad llegó de la mano de Juan Pablo, el director de la fundación "Un tatuaje por una sonrisa", quien logró recolectar $5.000.000 y consiguió la donación de un terreno para que la familia pueda construir la vivienda prometida por la municipalidad de Oliva.
17 noviembre 2023
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