Portada  |  03 abril 2025

¿Cómo es el impacto hormonal en la aparición de várices y arañitas?

Las hormonas estrógeno y progesterona afectan la salud venosa, y los cambios hormonales que ocurren en las mujeres pueden aumentar el riesgo de desarrollar varices.

Salud

Una de las razones por la cual estadísticamente las mujeres padecen más problemas de circulación venosa que los hombres, es porque los cambios en el estrógeno y la progesterona, las principales hormonas femeninas que pueden debilitar las paredes de las venas. Así el especialista en Flebología y Linfología Dr. Alejandro Pedrazzoli del Centro Pedrazzoli nos acerca en este capítulo de #Saluden3minutos esta información tan valiosa como importante.

Los niveles elevados de estrógenos pueden dilatar las venas y reducir su capacidad de constricción aumentando el riesgo de desarrollar várices. Esto hace que las venas sean más propensas a agrandarse y contribuye a la formación de varices.

La mujer tiene 3 etapas claves que pueden producir várices: la menarca, los embarazos y la menopausia. Una adolescente con gran carga genética y propensa hereditariamente a contraer enfermedades de circulación venosa puede desarrollar las primeras arañitas en su primera menstruación. Si además la jovencita toma anticonceptivos aumenta la posibilidad de desarrollar várices en la adolescencia.

Por otra parte, el embarazo es un momento muy propenso para que aparezcan este tipo de lesiones varicosas producto del movimiento hormonal que se produce en esta etapa de la mujer. Algo a tener en cuenta en el embarazo es el sobrepeso porque también puede ser causal del desarrollo de várices o arañitas. Por último, la etapa donde más riesgo existe de desarrollar várices es en la menopausia.

Se abre un capítulo aparte cuando nos referimos a los anticonceptivos hormonales cualquiera sea su aplicación o administración. Sean anticonceptivos orales, inyectables, chip, parches o cualquier método hormonal son productos de alto riesgo para los cuadros varicosos. Los anticonceptivos hormonales pueden hacer más densa la sangre y ralentizar su circulación, de allí que puedan provocar aparición de arañitas o várices.

La enfermedad varicosa es una enfermedad crónica, es decir que no tiene cura, pero sí tratamiento. Es hereditaria y/o genética y ante esa realidad nada se puede hacer para evitarlas. La persona que desarrolla várices puede contrarrestar los síntomas atendiendo los factores externos, siempre de la mano de un especialista.

Es por esto, que para conocer más del tema les invitamos a mirar este capítulo de #Saluden3minutos con la participación del especialista y director del Centro Pedrazzoli Dr. Alejandro Pedrazzoli.

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