Portada  |  06 febrero 2025

Cómo actuar frente a una situación de ahogamiento

Según la OMS es una de las 10 causas principales de muerte en niños y jóvenes en todo el mundo. En este episodio de #Saluden3Minutos las recomendaciones de médicos de Adaarc

Salud

Según la OMS, el ahogamiento es una de las principales causas de muerte relacionada con lesiones no intencionales en la infancia y la adolescencia. Se define como “el proceso conducente a la imposibilidad de respirar debido a la sumersión-inmersión en un líquido”. Además, afirma que representa una de las 10 causas principales de muerte en niños y jóvenes, en casi todas las regiones del mundo y advierte que el riesgo de ahogamiento es mayor en niños, adolescentes varones y en personas con fácil acceso al agua.

En este episodio de #Saluden3minutos conversamos con el Médico Anestesiólogo Dr. Juan Pablo del Pino de @adaarcoficial, quien nos deja información muy importante para tener en cuenta frente a estas posibles situaciones, sobre todo en épocas de verano donde los ríos, las piletas, mar o lagos se vuelven una alternativa interesante para calmar el calor.

Definición: En el ahogamiento se produce un deterioro respiratorio primario tras la inmersión en el medio líquido, seguido de obstrucción de la respiración por aspiración de agua, que puede conducir en el peor de los casos a una parada cardiorrespiratoria (PCR).

Incidencia: es mayor en menores de 4 – 7 años y adolescentes. Los ahogamientos son la segunda causa de mortalidad por accidentes en niños y de daño cerebral en adolescentes. La mayoría se producen en agua dulce, especialmente en piscinas.

Principales causas: La falta de supervisión en los más pequeños, y las caídas o actividades de riesgo en los mayores, son las dos causas fundamentales.

Síntomas: Los síntomas respiratorios producidos tras un episodio de ahogamiento son prácticamente siempre inmediatos y visibles. Aquellos síntomas que aparecen a partir de las 8 horas del evento, sin haber existido dificultad respiratoria inicial, deben ser investigados como originados por otra patología distinta del ahogamiento primario, como neumotórax espontáneo, neumonitis química, neumonía (vírica o bacteriana) o traumatismos (torácico o cráneoencefálico)

También, desde Adaarc y de la mano del Dr. Juan Pablo del Pino, nos explican cómo debemos actuar si nos encontramos viviendo una situación de ahogamiento sea en una pileta, río o cualquier sitio donde haya un espacio con agua:

1. Se debe intentar rescatar a la víctima sin entrar en el agua. Si es esencial entrar en el agua debe utilizarse si es posible salvavidas y evitar sumergir la cabeza durante el rescate. Si es posible se debe sacar a la víctima del agua en posición horizontal para evitar la hipotensión y el colapso cardiovascular, pero sin demorar por ello el rescate.

2. Tras el rescate se debe posicionar a la víctima, fuera del lugar de peligro, con la cabeza y los pies al mismo nivel (en el mar de forma paralela a la línea de costa). Si la víctima tiene respiración espontánea se debe considerar la administración de oxígeno, si este está disponible. El soporte vital básico a un ahogado en que no respira se basa en la apertura de vía aérea y ventilación boca a boca con 5 ventilaciones de rescate. Si se asocia parada cardiaca hay que añadir compresiones torácicas externas de forma coordinada con una frecuencia de 30 compresiones por cada 2 ventilaciones. Realizar solamente compresiones torácicas no se considera adecuado ya que la causa inicial de la parada es la insuficiencia respiratoria. Cuando se sospecha traumatismo debe inmovilizarse la columna cervical.

3. La sola recuperación de la hipoxemia mediante ventilación puede producir recuperación de la parada en algunas ocasiones. Cada ventilación debe durar en torno a 1 segundo, con la expansión torácica suficiente y puede ser de mayor dificultad que en otras circunstancias por un aumento de resistencia de la vía aérea. Debe administrarse oxígeno lo antes posible y con el dispositivo que ofrezca la mayor concentración

Recuperación: Los pacientes que han sufrido un ahogamiento grave, tras su reanimación y estabilización inicial, deberían ser trasladados de forma idónea a una unidad de cuidados intensivos especializada. Deben trasladarse con el sistema de inmovilización adecuado (habitualmente colchón de vacío y, si se sospecha lesión cervical, con collarín e inmovilizadores laterales). Los dos resultados más frecuentes entre los supervivientes son la recuperación completa sin apenas secuelas o una gran afectación neurológica con dependencia total. Las tasas de

supervivencia varían en la literatura. En general, los niños que sobreviven a la inmersión tienen un 80 – 90% de posibilidades de recuperación neurológica completa, siendo los factores predictores más importantes el tiempo de inmersión y el tipo de reanimación cardiopulmonar precisado en el lugar del accidente.

Para saber más sobre ahogamiento, pincha en la imagen y mira este episodio de #Saluden3minutos junto al Médico Anestesiólogo de @adaarcoficial, el Dr. Juan Pablo del Pino

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