En las orillas occidentales de Córdoba, se extiende una tierra plana de altura, franqueada por milenarios volcanes, que guarda además, la historia cultural de la gente que lo habita desde tiempos remotos.
La Pampa de Pocho ocupa unos 1.000 km2 y se extiende a un promedio de 1.050 msnm. Se encuentra delimitada por las Cumbres de Achala al este, las Sierras de Pocho al oeste y el Valle de Traslasierra al sur.
Su suelo fértil la convirtió en escenario próspero para el sustento de sus pobladores, que desde tiempos remotos desarrollan aquí sus cultivos y cría de ganado.
Y así como el paisaje se percibe con la simpleza de sus orígenes, los pequeños parajes de la región invitan a vivir un momento en otro tiempo… así es Villa de Pocho, un poblado que se brinda con la tranquilidad de sus calles y la silueta radiante de su antigua capilla.
Está dedicada a la Purísima Concepción y se estima que fue erigida hacia el año 1776. Su techumbre de tejado original, su frente con ondas cóncavas y un sutil balcón le otorgan su carácter tan singular.
En el corazón de la pampa sorprende un ecosistema muy especial generado por la Laguna de Pocho, un humedal de poco más de 20 hectáreas y bajo nivel, que congrega aves como el flamenco y otras especies silvestres. Desagua hacia el noreste por el cauce del río Cachimayo.
La silueta cónica de los volcanes, el agua, las aves, la vida auténtica se muestra vibrante en medio de los campos cultivados, y crean un oasis de contemplación de una riqueza excepcional.
El suelo mustio y sereno de la pampa de altura va cediendo espacio al reino de la palma caranday, una de las especies de flora autóctona más hermosas de nuestro suelo. Sus hojas duras y espinosas crean el manto de un bosque que se distingue en todo el territorio.
Así, el paisaje de Pocho deslumbra desde el oeste de nuestra Córdoba.
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