El río Pinto desliza su cauce dando vida al paraje que lleva su nombre.
Allí inicia este camino colmado de leyendas.
Un paseo imperdible para realizar en el día.
A poco andar se destaca la silueta enorme de la Iglesia de Lourdes en Villa Albertina, rodeada de un conjunto de casas restauradas y otras que aún muestran la destrucción de una tormenta que aconteció por los años 70 y dejó el pueblo prácticamente abandonado.
Una charla con sus lugareños será de gran enriquecimiento para conocer viejas historias.
Más adelante un desvío invita a visitar el paraje de Cerro Negro, un lugar con un origen tan particular como su nombre… caminar sus calles y disfrutar su naturaleza, prometen un momento colmado de serenidad.
Retomando el camino principal, se continua hacia Ischilín, y luego se puede retornar a Córdoba por las rutas 60 y 9.
Un recorrido imperdible que les dejará bellas fotografías y muchas historias para contar.
Comentarios