Comenzamos atravesando las Cumbres de Achala, una de las experiencias más cautivantes que se pueden vivir en suelo cordobés, hasta llegar al Dique La Viña, en el extremo sur del valle.
La Ruta de las Altas Cumbres va entregando su belleza.
Unos 30km antes de completar el descenso al valle, se puede continuar por la ruta asfaltada, o aventurarse por el tramo de ripio del Camino del Peregrino, que se interna en lo profundo del paisaje, y entre las estaciones que recuerdan al Santo Brochero nos propone develar las artesanías en tejidos y cerámicas que realizan los lugareños sosteniendo una tradición ancestral.
Finalmente, la ruta 14 invita a transitar el yacente del valle hacia el sur, siempre con la presencia solemne del Champaquí y la magia vibrante del monte que se despliega a sus pies.
Una sucesión de pequeños pueblos va hilando historias y saberes de un territorio que se brinda sin reparos. Se vuelve muy placentero caminar por sus serenas calles, descubrir antiguas casonas y detenerse a mirar cómo transcurre la vida allí. Además, escapando hacia los cerros, angostas huellas nos llevan a explorar diminutos parajes de montaña.
El cauce del río de los Sauces va acompañando ese andar, con tibias playas de arena. Y al final de su recorrido sugiere contemplar el entorno excelso del Dique La Viña. El gran lago se deja abrazar por un contorno de sierras creando juntos una postal de gran belleza.
Atravesar nuevamente las Cumbres de Achala para emprender el regreso de este viaje a la intimidad de Traslasierra, será como una caricia para el alma que va apreciando el paisaje iluminado de una manera diferente, con nuevas vistas y sensaciones.
Los caminos de nuestra Córdoba siempre enamoran
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