Una de las familias cordobesas relató en Telefe cómo están viviendo la evolución del fenómeno climático. Florencia Rodriguez Lenzano y Alexis Piovano están en Jamaica con sus dos hijos y otra familia amiga de Córdoba con quienes viajaron, también con sus pequeños. Además en el hotel encontraron a otros coterraneos que estaban de viaje allí.
“Estábamos de vacaciones y el miércoles empezaron a hablar de que iba a haber una tormenta tropical, que equivalía a un huracán de grado 1. Iba a pasar sábado o domingo. El Estado empezó a alertar a la población el viernes, para que se preparen para una tormenta de mayor grado, sin embargo aun no pasó”, contó.
Según su testimonio, el hotel donde se alojan activó un protocolo especial para resguardar a los turistas. “El hotel está súper preparado. Nos cambiaron de hotel para concentrar a todos los huéspedes por una cuestión de logística y alimentos. Se abastecieron desde el viernes y pusieron maderas en las ventanas para proteger los vidrios”, explicó.
Los turistas han recibido comunicaciones formales del establecimiento continuamente: “El hotel mandaba cartas a las habitaciones explicando qué debíamos hacer. Hasta anoche todo fue normal, pero hoy a las 6.30 nos concentraron en los centros de convenciones del hotel”, relató la pareja.
En esos espacios, el personal reunió todas las reposeras, hamacas y almohadones para que estuviesen cómodos en la espera. “Está todo preparado para resistir el sonido y la fuerza del huracán. En teoría, al mediodía y a la tarde sería la parte más fuerte. El hotel tiene grupos electrógenos y, si se complica, nos van a guiar a un túnel subterráneo con provisiones”, añadieron Florencia y Alexis. Además han podido comunicarse con la embajada para recibir recomendaciones.
En cuanto al regreso, la situación sigue sin resolverse. “Teníamos vuelo el martes, lo reprogramaron para el lunes, pero finalmente cerraron el aeropuerto. Ahora nos lo pasaron para el viernes”, contó, aunque reconoció que todavía no hay confirmación oficial.
Mientras esperan novedades, los viajeros permanecen resguardados en el interior del complejo, con comunicación intermitente y bajo un estricto protocolo de seguridad, aguardando que las condiciones climáticas mejoren y puedan finalmente regresar a la Argentina.
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