El Congreso de Perú destituyó a la presidenta Dina Boluarte tras una serie de protestas masivas y un aumento de la violencia organizada. La mandataria enfrentaba un 94% de rechazo popular y fue acusada de “incapacidad moral permanente” por la oposición. En su lugar asumió José Jerí como presidente interino, mientras el país se alista para las elecciones generales de abril.
La destitución ocurre en un contexto de fuertes protestas y una ola de crímenes delictivos. Manifestantes exigían cambios políticos inmediatos y denunciaban la corrupción en el gobierno. La violencia ha dejado un clima de tensión que afecta a la capital y provincias.
El nuevo presidente interino, José Jerí, es un abogado de derecha con investigaciones por violación sexual y enriquecimiento ilícito. Su nombramiento genera críticas y temor entre distintos sectores sociales. Analistas advierten que su gestión será cuestionada desde el primer día.
Desde 2016, Perú tuvo seis presidentes, de los cuales tres fueron destituidos por el Congreso. Dos renunciaron para evitar la destitución y solo uno completó su mandato interino. Este contexto refleja la inestabilidad política crónica del país.
El país se prepara para elecciones generales en abril, buscando estabilidad política y social. Diversos partidos ya anuncian sus candidaturas y estrategias para los comicios. Los ciudadanos esperan un proceso que permita superar la crisis política actual.
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