“Lejos de ser un balde de agua fría, fue un cascotazo en la nuca. Fue un proceso masticarlo, digerirlo, aceptarlo y abrazar lo que estaba haciendo en ese momento. Personalmente no me quedó otra que reinventarme”, contó Eugenia a Diversidad.
Esta transformación le trajo cosas nuevas y hermosas en torno a su trabajo, su vida personal y sus actividades, que la llevaron a pensar que la “enfermedad” fue en realidad un camino hacia la salud, una oportunidad para aprender y crecer. Cambió hábitos, creencias y descubrió una nueva forma de cuidar su cuerpo y su mente.
Hoy participa en diversas actividades, como talleres de canto, folclore y percusión, afirmando que "esto es darle movimiento a la vida".
En este andar decidió crear una página de Instagram llamada "Baila La Vida" @bailar.la.vida16, con el objetivo de "contagiar, arengar, motivar" y abordar la enfermedad desde una perspectiva más empática y saludable.
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