Un año más el festival más federal del país propone un acuerdo de respeto, tolerancia y convivencia. La diversidad de géneros musicales en una grilla pluri cultural insta a disfrutar y a establecer límites para generar un clima de armonía.
La música como trampolín abre este escenario de un público diverso, movido por diferentes intereses, que busca a sus artistas favoritos para hacer catarsis pasional, eso sí, hay q respetar el espacio individual del pogo para no generar rispideces en un contexto de mucha irritabilidad social.
Allá fuimos a santa maría de punilla a compartir este inolvidable encuentro de tribus y entre más de las 100.000 personas que pasaron durante las dos jornadas reflexionamos acerca de la música, la convivencia y el respeto por la diversidad que nos representa.
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