Un día Atenas volvió a la Liga Nacional. En una noche mágica y con un polideportivo Carlos Cerutti colmado de hinchas, "El Griego" se impuso por 80 a 57 sobre Racing de Chivilcoy y se consagró campeón de la Liga Argentina.
El goleador del partido fue Lucas Arn con 21 puntos, pero el equipo de Gustavo Peirone tuvo varios puntos altos como Juan Cruz Oberto (9 puntos y 10 rebotes), Chris Ware (12 unidades) y Nicolás Zurschmitten (9 puntos y 8 asistencias).
"El Griego" de General Bustos impuso condiciones durante todo el encuentro y logró un merecido ascenso. El primer tiempo lo ganó por diez tantos y tras imponer su juego se quedó con el encuentro tras una clara victoria.
La personalidad y la defensa: las dos llaves del éxito
En juego definitorio, los detalles marcan la diferencia. Sin embargo, la distancia entre los dos equipo fue tal, que Atenas logró manejarla desde el arranque, como indican los libros.
Con su gente metida desde el primer minuto, el equipo cordobés logró sacar una ventaja tempranera de siete puntos, que le permitió despejar las tensiones de la previa y que Racing comience a sentir la presión.
Dio resultado, porque el conjunto de Gustavo Peirone tuvo una gran defensa sobre los internos de Racing (Stuckey y Peralta) y para colmo desde el perímetro la visita tuvo una noche para el olvido: 16% en triples (5/31).
Esa falta de puntería le permitió a los cordobeses poder manejar los ritmos. Incluso, se dio el lujo de que Lucas Arn solo intente dos tiros al aro en todo el primer tiempo, ante la gran actuación de Oberto en los tableros, de Buemo en el perímetro y de Chris Ware desde el banco.
"El Griego" se fue a los vestuarios ganando por 10 puntos: 39-29. Fue el peor primer tiempo ofensivo de "La Academia" en todos los playoffs y Atenas lo aprovechó.
Un segundo tiempo a puro corazón
La incógnita en el comienzo del tercer cuarto era si el local iba a poder sostener la intensidad defensiva, como no lo pudo hacer en el juego 4 en Chivilcoy, pero esta noche la historia fue distinta.
Sorpresivamente, o no tanto, el que tomó la batuta de la ofensiva "Griega" fue el capitán Lucas Arn, que llegó a este partido entre algodones (contractura en el gemelo derecho) y decidió salir del vestuario con la única misión de liquidar la serie.
Con 9 puntos en el período, con dos triples y forzando con varias penetraciones que obligaron a Racing a cometer infracciones, fue llevando el barco a la orilla, despacito, pero con contundencia, como en todos los playoffs. Por eso, Atenas se llevó el tercer cuarto por una ventaja casi irremontable: 58-42.
Los hinchas y la identidad con el equipo
Poco a poco y con el correr de los minutos, la hinchada de Atenas empezó a desatar su locura. Algunos gritando desaforados cada punto, otros lagrimeando o abrazando a sus seres queridos cuando se daban cuenta de lo inevitable, que Atenas iba a ser otra vez de Primera.
Quizá en los primeros tres minutos de ese último cuarto los más escépticos se mantuvieron al margen de alguna celebración, pero de ahí en adelante los jugadores de Atenas se encargaron de liquidar la serie y regalarles a sus hinchas una noche mágica, llena de emociones y recuerdos, que quedaran guardados en las retinas de todos.
Porque si algo recuperó este equipo, no fue solo la categoría, sino la identidad del público con la camiseta. Una reconciliación que vale mucho más que un ascenso y puede ser el puntapié de algo más grande, como la historia del "Verde Griego".
Fuente Informativa: Cadena 3
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