Portada  |  10 septiembre 2025

Paradoja o realidad: el fantasma de los DTs argentinos

La Argentina, una Selección que domina, pero que solo cedió ante el talento táctico de su propia escuela de entrenadores.

Deportes

En el fútbol se suele hablar de los jugadores que brillan a nivel nacional e internacional. Sin embargo, para que una selección trascienda, siempre debe haber un líder en el banco. Ese rol lo ocupa el Director Técnico (DT), una figura tan decisiva como polémica, ligada al éxito o al fracaso. Y, en este terreno, los entrenadores argentinos se destacan en todo el continente.

Las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026 dejaron en evidencia una paradoja difícil de ignorar: fueron justamente los DTs argentinos quienes se convirtieron en verdugos de la propia Selección Argentina. A pesar de haber sumado 38 puntos y clasificar con holgura, la “Albiceleste” sufrió cuatro derrotas en el proceso.

Perdió 2-0 frente a Uruguay, 2-1 con Colombia, 2-1 ante Paraguay y, en la última jornada, 1-0 contra Ecuador. Y en todos esos bancos, había compatriotas: Marcelo Bielsa con Uruguay, Néstor Lorenzo con Colombia, Gustavo Alfaro con Paraguay y Sebastián Beccacece en Ecuador (ausente en el último partido por sanción).

Los resultados de sus dirigidos confirman el peso de sus trabajos. Uruguay de Bielsa no solo venció a Argentina, sino que terminó cuarto. Colombia de Lorenzo cerró en el tercer puesto, con autoridad. Paraguay de Alfaro rompió una sequía de 16 años y volverá a un Mundial tras Sudáfrica 2010. Ecuador de Beccacece se consolidó segundo en la tabla luego de la victoria en Guayaquil.

Incluso Venezuela (que lejos estuvo de hacerle partido a Argetina) conducida por Fernando “Bocha” Batista, acarició el repechaje y dejó una imagen competitiva, pese a caer 6-3 contra Colombia en la última fecha. 

Desde su llegada, Lionel Scaloni se ha enfrentado 29 veces a compatriotas en el banco rival. Su balance sigue siendo favorable: 20 victorias, 6 empates y 4 derrotas, justamente las que le propinaron Bielsa, Lorenzo, Alfaro y Beccacece. A nivel histórico, Argentina se midió en 68 ocasiones ante técnicos argentinos: ganó 39, empató 20 y perdió solo 9.

La paradoja es evidente: Argentina clasifica con solvencia, pero tropieza contra la impronta de sus propios entrenadores. El “fantasma” de los DTs argentinos habla de una realidad más profunda: el país exporta no solo futbolistas, sino también ideas y estilos de juego capaces de competirle, e incluso vencerlo, en su propio terreno.

Lo que parece una amenaza es, en realidad, un espejo. Cada derrota ante un compatriota es también un reconocimiento: el sello argentino sigue marcando el rumbo táctico de Sudamérica.

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