Lionel Messi no es solo un futbolista; es un fenómeno cultural, un artista del balón que ha redefinido lo que significa la grandeza en el deporte. Su historia es un relato de talento innato, perseverancia, humildad y la búsqueda incansable de la excelencia.
Desde Rosario a Barcelona, un diagnóstico, una oportunidad y un lugar para brillar. Una servilleta que cambió la vida de Lionel y que también sembró las semillas de una de las eras más gloriosas en la historia del fútbol.
"En Barcelona, a 14 de diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio, Carles Rexach, director deportivo del F.C.B., se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas."
Esa servilleta, con unas pocas palabras y las firmas de los presentes, se convirtió en el primer contrato oficial de Lionel Messi con el FC Barcelona. No solo selló el destino de un jugador, sino que también inició una era de éxitos sin precedentes para el club y el fútbol mundial. Tal es la importancia de los recuerdos que en la subasta realizada en 2024 por una distinguida casa británica de remates, una persona pagó 969.000 dólares por la famosa servilleta.
Lo que distingue a Messi es su estilo de juego, una combinación de pura magia y precisión milimétrica. No se limita a marcar goles; él los crea. Su visión de juego es casi profética y su capacidad para ejecutar pases imposibles es "de otro planeta". Ha ganado innumerables títulos y premios, incluyendo múltiples Balones de Oro, la gloria de los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo. Pero en la memoria de la gente hay: goles, lágrimas, sonrisas, abrazos, orgullo, nervios y hasta amor, aunque no lo conozcan en persona.
El hombre de todos los récords: con 112 goles en 191 partidos es el máximo goleador de la historia de la Selección; también lo es del Barcelona con 672 tantos. Pero no se queda solo con las anotaciones, es también el máximo asistidor en la historia del fútbol con más de 390. Obvio, es el líder de marcaciones en Eliminatorias, ha convertido 34 veces, una cifra que demuestra su constancia y letalidad.
Dicen que es "extraterrestre" pero es tan humano como el niño que siempre ama volver a comer las milanesas de su mamá. Es tan humano como que en su momento de mayor enojo insulte con un "bobo". Humano como aquel que no aguantaba la presión de la exigencia de los fanáticos pero la tragaba por el amor a los colores. Humano como ser hijo, padre, marido y, a su vez, ser ídolo de muchos pueblos del mundo.
Todo eso y mucho más es Messi. Él continúa escribiendo los capítulos de su historia y deja una pregunta abierta: ¿cuál será su último acto de magia? Solo el tiempo lo dirá. Su historia no ha terminado y por eso sigue siendo tan emocionante. Aunque esta noche tal vez sea el último partido del GOAT en Argentina por los puntos vistiendo la celeste y blanca.
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