Antes, la juventud era sinónimo de deseo y exploración. Hoy, muchos jóvenes eligen no tener sexo. Micaela, Juan y Nahuel tienen poco más de veinte y no sienten culpa ni urgencia: simplemente no les interesa.
Para los adultos, resulta desconcertante; para ellos, es apenas una decisión más. Crecieron entre redes, likes, apps de citas y pornografía, donde el sexo está a un clic de distancia, pero también cargado de expectativas.
Prefieren la tranquilidad de su casa o una salida con amigos antes que una noche de aventura. No lo viven como una falta, sino como una forma distinta de estar bien con ellos mismos.
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