Portada  |  29 octubre 2025

El eje psicológico del ACV: cuando la presión no es solo arterial

Cuando el cuerpo habla en silencio.

Curiosidades

El Día Mundial del ACV no es solo un recordatorio médico. “Es un llamado a habitar el cuerpo como territorio sagrado, a dejar de vivir con la cabeza desconectada del corazón. La prevención comienza por una nueva relación con nosotras mismas: más amorosa, más consciente e íntima. “Escuchar tu cuerpo es también escucharte”, explica Lic. Elizabeth Schulz, sexóloga clínica, presidenta de la Federación Sexológica Argentina y directora del Instituto Carmenta de Psicología y Sexualidad Femenina.

Muchas personas viven presionadas internamente por sostenerlo todo: trabajo, hogar, vínculos, ideales de perfección. Ese exceso de tensión, no solo física, sino psíquica, puede volverse una fuerza que el cuerpo descarga por la vía del síntoma.

El ACV nos confronta con una verdad profunda: “Lo que no fluye en el alma, termina deteniéndose en el cuerpo.”

El accidente cerebrovascular (ACV) es una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo. Pero más allá de las estadísticas, el ACV nos invita a reflexionar sobre el flujo vital: la circulación de la sangre como metáfora del movimiento del alma, del deseo y de la consciencia.

En hombres y mujeres, el exceso de exigencia, el estrés y la desconexión del cuerpo pueden bloquear ese flujo interior. Prevenir también es escuchar los ritmos del corazón y del cerebro como mensajes de la vida.

¿Qué es un ACV?

Un accidente cerebrovascular ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro se interrumpe (isquemia) o cuando un vaso cerebral se rompe (hemorragia). En ambos casos, las neuronas dejan de recibir oxígeno, provocando daño cerebral que puede dejar secuelas físicas, cognitivas o emocionales. Es una urgencia médica. Cada minuto cuenta. Cuanto antes se actúe, más posibilidades de recuperación.

Señales de alerta

El cuerpo avisa.
Recordá la palabra RÁPIDO (FAST):

  • Rostro: caído de un lado
  • Brazo: dificultad para mover un brazo
  • Palabra: habla confusa o lenta
  • Inmediato: llamar a emergencias
  • Dolor de cabeza: intenso sin causa
  • Ojos: visión borrosa o pérdida repentina

No esperes. Actuar rápido salva neuronas.

Factores de riesgo más frecuentes

Hipertensión arterial (principal causa). Colesterol elevado o diabetes. Tabaquismo, alcohol, sedentarismo. Estrés crónico, sobrecarga emocional. Falta de descanso, insomnio, ansiedad. Alimentación alta en ultraprocesados.
En la mujer, además, influyen factores hormonales, anticonceptivos, embarazo o menopausia. Por eso el cuidado cardiovascular debe ser diferenciado y con mirada de género.

Autocuidado femenino: prevenir es amarse

Cuidar la salud cerebral y cardiovascular no es solo hacerse chequeos. Es detenerse, respirar, descansar, pedir ayuda, decir “no” cuando algo oprime.
El autocuidado es una forma de erotismo maduro: escuchar los límites, honrar el cuerpo y elegir el bienestar como acto político y espiritual.

Revisá tu presión arterial y tus análisis. Dormí al menos 7 h por noche. Caminá 30 minutos diarios. Hablá de lo que te pesa: la palabra también libera presión.

El puente entre cerebro y corazón: pensar con amor, sentir con conciencia

El cerebro y el corazón dialogan de manera constante, no solo a través de la biología sino también del alma. El nervio vago lleva las señales del corazón al cerebro: cuando el corazón se acelera, el cerebro escucha. Cuando el corazón late en calma, la mente se ordena. Esa armonía se llama coherencia, y es el estado donde sentir y pensar se abrazan.

Adriana Sandro es Psicóloga UBA y Periodista en Telefe Noticias. Especialista en Trastornos de la alimentación y Sexología clínica - MN 53315   

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