Agustín López Gagliasso, de 20 años, conducía el automóvil que causó la muerte de Tania Gandolfi (41) y su hija Agustina García (17), además de dejar a otra hija de 6 años gravemente herida. El conductor, quien viajaba a 120 km/h al momento del accidente, está detenido e imputado por doble homicidio con dolo eventual.
El test de alcoholemia reveló que López Gagliasso tenía 0.20 g/l de alcohol en sangre. Además, las autoridades judiciales informaron que las muestras fueron conservadas en el laboratorio para eventuales estudios adicionales.
Por otro lado, las fiscales Valeria Piazza Iglesias y Mariana Prunotto solicitaron la reconstrucción digital del siniestro, mientras que la próxima semana se llevará a cabo la pericia accidentológica. Este miércoles se finalizaron las declaraciones de testigos y la fiscalía espera procesar toda la información para incorporarla a la causa.
Según la acusación, todo comenzó con un “altercado” entre López Gagliasso y un motociclista en el túnel Arturo Illia. A partir de ahí, el conductor realizó maniobras imprudentes de sobrepaso, zigzagueó por la vía y perdió el control del vehículo, colisionando con las víctimas y un semáforo en la intersección de Wheelwright y Presidente Roca.
Una declaración clave en la investigación fue la de Giovanna Romero (20), quien viajaba como acompañante en el auto. La joven relató cómo el imputado, cegado por la ira, comenzó a perseguir al motociclista tras un incidente en el túnel. “Estaba cegado. Yo tenía miedo, pensé que me moría. Me agarré fuerte. No sentí el impacto”, dijo Giovanna.
“Salí sola del auto, me vi llena de sangre. Me dolía todo, al principio no podía caminar, tenía vidrios pegados en la cara. Pedí ayuda. Agustín siempre estuvo enfocado en seguir a la moto, estaba en la suya, no le importó nada, ni si yo me moría o si chocaba con otros autos. Un inconsciente”, agregó la joven.
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